SOBRE EL UMBRAL DEL MUNDO, ENCORVADA LUNA TRASVASA FEMINIDAD A LOS OJOS NEGROS, DELINEADOS.
Caballos indomables, soplan arenilla caliza.
Sobre el mundo de mármol, artista rebasa la huella.
Mujer escultora, descubre
voces femeninas,
pigmentos azulados,
verdosos y rosados.
Sucesivamente el tinte,en las falanges de niña artista, cambia.
Suscita libre expresión.
Cierta noche de Tucumán, ilumina a Lola y a sus criaturas fabulosas.
Al despertar los dioses marinos, desde la carbonilla a la visión marmórea con aire, son liberados.
No es seguro descansar, el arte despliega sus velas hasta estos días.
Regia baja, la luna norteña al patio, solar de la libertad.
Lola Mora, figura de mujer futurista.
En el río de bronce eterno,
eterna cincelará; al son del pueblo hasta el decrecer del viento marcial, al anochecer.
Suspendida, tenaz, valiente; aplica tiempo a su obra, rostros libres.
Es la mujer en pantalones negros, mirada austera, manos firmes, puño de belleza en la ciudad, sabor a tabaco.
La ermitaña noche, decae
ocultándonos a Lola en la rambla.
Cae.
En la plaza de ejecuciones sangrientas, unipersonal de artista, cadenas rotas y truenos eléctricos.
Miran su regreso, todas las tardes.
De Norma Cañizares