NO NOS DEJEMOS ENVENENAR POR LA AMBICIÓN Y EL PODER, QUE NOS HACE OLVIDAR LA HUMANIDAD QUE NOS UNE.
TENGAMOS EMPATÍA HACIA EL QUE SUFRE Y LLORA,
HACIA EL QUE NO TUVO LA OPORTUNIDAD DE ESTUDIAR O TRABAJAR CADA HORA.
No seamos tan duros, tan indiferentes y fríos,
tan dispuestos a dejar que la miseria nos divida y nos enfríe.
Recordemos que somos todos seres humanos,
con sueños, esperanzas y miedos, con lágrimas y con manos.
Que nos importe el dolor del otro, que nos duela su pena,
que nos importe la lucha del que está al lado, que no sea en vano.
No nos dejemos llevar por la apatía y el desánimo,
sino que elijamos la compasión y la solidaridad, el amor y el ánimo.
Porque cuando nos unimos en la empatía y el amor,
podemos superar las barreras y las diferencias, y ser mejores cada día.
Y juntos podemos construir un mundo mejor,
donde la humanidad sea lo que nos une, y no lo que nos divide y nos hace sufrir.
Por Adriana Fook