Mantener una rutina activa ayuda a mejorar la memoria, la concentración y protege contra el deterioro cognitivo.
Seguramente te ha sucedido entrar a una habitación y olvidarte del motivo, no recordar una lista de recados, nombres o fechas importantes. Estos pequeños olvidos pueden ser señales de que tu memoria necesita un refuerzo, y de no ejercitarse adecuadamente, estos síntomas podrían evolucionar y aumentar el riesgo de padecer enfermedades neurológicas más serias.
Existen diversos métodos para ejercitar la memoria como hacer crucigramas, armar rompecabezas, leer. Sin embargo, un estudio reciente de la Universidad de Wake Forest, conocido como el ensayo EXERT, reveló que el ejercicio cardiovascular tiene un impacto positivo en la memoria a corto plazo, mientras que los entrenamientos de fuerza y equilibrio ofrecen beneficios igualmente valiosos para la salud cerebral a largo plazo.
“Es recomendable realizar al menos 30 minutos de actividad física diaria, combinando ejercicios aeróbicos moderados con entrenamiento de fuerza. Lo ideal es comenzar con una intensidad baja y aumentar progresivamente, para evitar lesiones y asegurar una adaptación efectiva del cuerpo y la mente.” menciona Claudia Misle, líder técnico y coach de Smart Fit.
En ese sentido, el ejercicio contribuye a mejorar tu capacidad cognitiva de varias maneras:
- Aumenta el flujo sanguíneo al cerebro: Durante el ejercicio, el corazón bombea más sangre y oxígeno al cerebro, lo que promueve la reparación y crecimiento de las células neuronales. Este proceso ayuda a reforzar las conexiones entre las neuronas, optimizando la capacidad para aprender, procesar información y recordar datos importantes.
- Estimula la formación de nuevas neuronas en el cerebro. La actividad física regular impulsa este proceso, lo que mejora la capacidad del cerebro para adaptarse a nuevos desafíos y conservar información a largo plazo.
- Reduce el riesgo de enfermedades neurodegenerativas: Mantener una rutina de ejercicio constante ha demostrado reducir el riesgo de desarrollar enfermedades como el Alzheimer y la demencia. El ejercicio también ayuda a combatir la inflamación cerebral y el estrés oxidativo, ambos factores que contribuyen al deterioro cognitivo.
Mantener una rutina activa ayuda a mejorar la memoria, la concentración y protege contra el deterioro cognitivo. Por ello, Smart Fit ofrece un entorno ideal para quienes buscan mejorar su calidad de vida de manera integral, con rutinas diseñadas para promover tanto el bienestar físico como el mental.