LLYC LANZA EL INFORME “SIN FILTRO” QUE ANALIZÓ 8,5 MILLONES DE MENSAJES EN X EN 12 PAÍSES, ENTRE ELLOS LA ARGENTINA, QUE REVELÓ QUE LA MITAD DE LOS POSTEOS SOBRE FEMINISMO A NIVEL GLOBAL SON NEGATIVOS.
Los datos reflejan un estancamiento en la conversación sobre feminismo y un claro aumento de la polarización. En Argentina, el interés por la igualdad y el feminismo disminuyó un 34% en las búsquedas de Google en los últimos tres años; en cambio, el discurso antifeminista creció y está más presente que en otros países, con un 5% más de mensajes que el promedio global.
Las comunidades contrarias a la igualdad son más homogéneas y agresivas: el 98% de los perfiles ya están radicalizados. Los anti-feministas recurren a los insultos tres veces más que los feministas más radicales. En Argentina, uno de cada cinco mensajes antifeministas recurre a términos despectivos.
Cuanto más se habla de igualdad, más diversa y moderada es la conversación. Sin embargo, los datos indican que no vamos en esa dirección. En los últimos tres años las consultas sobre “igualdad” y “feminismo” en internet a nivel global cayeron un 40% y un 50% respectivamente. En Argentina, el interés por la igualdad se redujo un 34% en las búsquedas de Google en tres años reflejando una tendencia similar. Pero en X el diálogo no solo se estancó, sino que aumentó la polarización, hasta el punto de que el 50% de los mensajes sobre feminismo a nivel mundial en esta red social ya son negativos. Estas son algunas de las principales conclusiones que recoge el informe “SIN FILTRO”, elaborado por LLYC en el marco del 8M, Día Internacional de la Mujer.
El informe analiza cómo las redes sociales se consolidaron como una herramienta de ataque contra el discurso feminista y qué hay detrás de estas comunidades. El 98% de los perfiles anti-igualdad tiene, por ejemplo, una fuerte carga política y se encuentra radicalizado, lo que dificulta el diálogo. En Argentina, el discurso antifeminista en redes se caracteriza por un alto grado de deslegitimación, ya que 1 de cada 3 mensajes asocia al feminismo con la radicalidad (32%) y 1 de cada 5 lo vincula con la izquierda y la ideología (18%), lo que refuerza la polarización. Quienes dudan o se definen como escépticos con esta causa tienen 1,6 veces más probabilidades de caer en posturas extremistas que de abrirse a ella.
Además, el estudio identifica las principales justificaciones de los contrafeministas para rechazar el movimiento -como la idea equivocada de que la causa ya fue demasiado lejos o la percepción de la pérdida de privilegios entre el colectivo masculino-, así como las estrategias que emplean los diferentes grupos para defender sus ideas. El discurso anti igualdad es más homogéneo y prevalecen argumentos basados en la desinformación y la descalificación. Recurren a los insultos 3 veces más que el colectivo feminista y en la mitad de todos sus mensajes siempre utilizan términos connotativos contra los que no piensan como ellos, sin aportar alternativas o propuestas. El análisis reveló que 1 de cada 3 publicaciones contrafeministas en X a nivel global es breve y carente de reflexión. Buscan la deslegitimación a través de estereotipos.
“El informe constata que los grupos feministas y contrafeministas están cada vez más alejados, impulsados en gran medida por la radicalización de la propia conversación, las corrientes políticas y la crisis identitaria de algunos colectivos. Sin embargo, las cifras dejan claro cómo se estigmatizó injustamente al colectivo feminista y, también, que la idea de que se habla demasiado sobre igualdad es falsa. La conversación se estancó y hay riesgo de retroceder en los avances conseguidos. El ruido y un ecosistema digital que amplifica la confrontación no nos debe hacer perder el centro del debate”, asegura Luisa García, CEO Global de Corporate Affairs y coordinadora del estudio.
Para realizar este informe, LLYC analizó la conversación en X en 12 países de Latinoamérica, Europa y EE. UU., lo que permitió estudiar 8,5 millones de mensajes de ambas comunidades. Además, se contrastaron los hallazgos con estudios de instituciones reconocidas y medios de comunicación que respaldan la información obtenida. La investigación empleó técnicas avanzadas de Aprendizaje Automático (Machine Learning), clustering y procesamiento de lenguaje natural, así como métricas de dispersión para analizar la distribución de cada comunidad y análisis de sentimiento para identificar las emociones en la conversación.
Cómo se manifiesta la polarización del debate en Argentina
En Argentina, la conversación antifeminista tiene hoy mayor presencia que en otros países, generando un 5% más de mensajes que el promedio de los 12 países analizados. En contraste, las comunidades feministas y pro-igualdad producen un 6% menos de contenido con respecto al promedio global. Además, el feminismo en Argentina se destaca por su diversidad: su comunidad es un 45% más plural que la media mundial, posicionando al país como el segundo con mayor diversidad dentro del movimiento entre los 12 países analizados.
En el país, el discurso antifeminista en redes se sostiene en la deslegitimación: 1 de cada 3 mensajes asocia al feminismo con la radicalidad y 1 de cada 5 lo vincula con la izquierda y la ideología. Las redes sociales se convirtieron en un escenario de ataque, donde la descalificación y el insulto son estrategias recurrentes. En países como España y EE. UU., en cambio, los ataques suelen centrarse en la apariencia.
En los últimos tres años, hubo una caída del 34% en las búsquedas relacionadas con la igualdad y el feminismo en Google en Argentina, lo que refleja una disminución en el interés por estos temas mientras en paralelo crecen los discursos contrafeministas.
Las 10 principales conclusiones del informe a nivel global:
- En países donde el feminismo tiene mayor presencia en la agenda pública, como la Argentina, la conversación es más diversa y moderada. En los territorios con menos debate sobre igualdad, el discurso contrafeminista es más agresivo; por ejemplo, en Brasil o España, la radicalización de la comunidad contrafeminista supera el 80%. Mientras, en países como Colombia o Argentina, donde la conversación es más equilibrada, la comunidad feminista es un 55% más diversa que la antifeminista.
- El contrafeminismo se define por ser un grupo menos diverso y más radical. En países como Chile, España y EE. UU., más del 75% de los discursos antifeministas provienen de comunidades altamente homogéneas, sin diversidad interna. Además, en Brasil y EE. UU., el 85% de estos mensajes están vinculados a ideologías de derecha o extrema derecha, mientras que en Chile y Colombia un tercio asocia el feminismo con ideologías extranjeras, reforzando una percepción de injerencia política y cultural.
- Las RRSS se consolidaron como una herramienta de ataque. Gran parte del discurso contrafeminista se basa en la deslegitimación a través de ataques y estereotipos. En Argentina, uno de cada cinco mensajes contrafeministas usa términos para desacreditar a las feministas como “puta” o “mal cogida” y otros como “lesbiana”, empleado con un intento de menosprecio y en sentido peyorativo. Por otra parte, en España y EE. UU., los ataques se centran en su apariencia. En X, los detractores recurren a la ridiculización y la exageración para presentar el feminismo como extremista, usando un tono satírico y sectario que dificulta el diálogo.
- Los escépticos del feminismo tienen más probabilidad de caer en el discurso antifeminista. En redes, el 98% de los perfiles contrafeministas ya están radicalizados y quienes dudan tienen 1,6 veces más probabilidades de caer en discursos extremistas que de abrirse a la igualdad. Esta tendencia es especialmente fuerte en Chile, Colombia, EE. UU., España y Argentina, donde las comunidades antifeministas están más organizadas. En contraste, el feminismo sigue siendo más diverso y moderado; en España, por ejemplo, los defensores de la igualdad superan en siete veces a los escépticos moderados.
- La radicalización de la conversación puede estar influyendo en que los hombres jóvenes se acerquen peligrosamente hacia el grupo contrafeminista. Mientras las mujeres jóvenes se consolidan como el grupo más feminista y políticamente activo, un creciente número de hombres jóvenes adopta posturas conservadoras. En Alemania y el Reino Unido, la brecha ideológica de género supera los 25 puntos, y en Corea del Sur y China es aún mayor, con movimientos que rechazan cualquier vínculo con los hombres en protesta contra el patriarcado.
- El grupo contrafeminista cree que el movimiento feminista es un peligro para la familia y los valores tradicionales. El 17% de la comunidad anti igualdad considera al feminismo una amenaza para la familia y los valores tradicionales, mientras que el 15% cree que distorsiona la jerarquía que debería regir la vida de las mujeres. Sin embargo, la verdadera amenaza no es el feminismo, sino la falta de corresponsabilidad y equidad. Las mujeres aún dedican tres veces más tiempo que los hombres a tareas no remuneradas, según la OIT, y un 38% de las madres en EE. UU. y Canadá habrían tenido que abandonar sus empleos sin opciones de trabajo flexible, según McKinsey.
- Las redes sociales amplificaron la polarización de género, favoreciendo la propagación de discursos machistas, especialmente entre los jóvenes. Los algoritmos de plataformas como X e Instagram priorizan la viralización de mensajes breves, como videos y memes, que simplifican y distorsionan temas complejos. Esto creó un terreno fértil para los discursos antifeministas, donde las reacciones rápidas amplificaron la resistencia al feminismo. Un ejemplo claro de ello es el apoyo del 30% de los hombres de entre 16 y 29 años hacia las ideas promovidas por Andrew Tate, un influencer y exboxeador británico acusado de violación y tráfico de personas, que se autoproclama misógino.
- La polarización ideológica varía según el contexto local, con una creciente división entre comunidades. En Chile, tanto el feminismo como el movimiento contrafeminista son sorprendentemente homogéneos, siendo el feminismo tres veces menos diverso y el contrafeminismo cuatro veces menos diverso que el promedio global. En contraste, Ecuador destaca por su mayor pluralidad, con un feminismo un 55% más diverso y un contrafeminismo un 22% más variado.
- La presencia de figuras públicas en el debate feminista está intensificando la polarización social. Las comunidades con mayor concentración de perfiles públicos, especialmente en el sector antigualdad, muestran una radicalización que alcanza entre el 55% y el 70% de las posturas. En países como Colombia, el feminismo se mantiene más moderado, mientras que en España, las figuras públicas feministas adoptan una postura más confrontativa.
- Una percepción errónea común es que el feminismo otorga ventajas injustas, como las cuotas de igualdad, interpretándolas como “trato preferencial”. Sin embargo, las mujeres ocupan solo el 25% de las posiciones en alta dirección, lo que refleja la persistencia del techo de cristal. También se cree que el sistema judicial favorece a las mujeres, especialmente en casos de violencia de género, pero por ejemplo, en España, solo el 0,001% de las denuncias en 2023 resultaron ser falsas. Estas distorsiones contribuyen al rechazo al feminismo y frenan la lucha por la igualdad real.