DURANTE 2024, SE INCREMENTARON EN UN 12% LOS ROBOS A BARRIOS CERRADOS Y COUNTRIES[1] , CON UNA TENDENCIA DE 1 ROBO CADA 5 DÍAS.
En los últimos años, cada vez más argentinos eligen vivir en barrios cerrados y urbanizaciones privadas. Este fenómeno se ha intensificado a partir de la pandemia, impulsado por la búsqueda de mayor tranquilidad, contacto con la naturaleza y, especialmente, seguridad.
Según datos del sector inmobiliario, en 2024 se registró un crecimiento sostenido en la venta de lotes en barrios cerrados. Este auge refleja un cambio en las preferencias habitacionales, donde la percepción de seguridad se convierte en un factor determinante.
Sin embargo, a pesar de contar con accesos controlados y perímetros delimitados, los barrios privados no están exentos de hechos delictivos. Según Prosegur, durante 2024, se incrementaron en un 12% los robos a barrios cerrados y countries[2] , con una tendencia de 1 robo cada 5 días. Las modalidades delictivas incluyen la violación del perímetro, robo o clonación de tarjetas de entrada, filtración de información por parte de inquilinos cómplices y el ingreso de personas escondidas en vehículos.
Además, se estima que entre un 80% y un 90% de los casos[3] quedan impunes por faltas de pruebas concluyentes. Estas situaciones evidencian que los sistemas de seguridad convencionales ya no son suficientes para garantizar la protección de los residentes.
Ante este escenario y desafío, Prosegur Security ha desarrollado un modelo de seguridad híbrida: soluciones que combinan la experiencia de la vigilancia humana con tecnología de vanguardia, integrando monitoreo centralizado, cámaras con analítica de video, sensores de movimiento y protocolos de respuesta eficientes.
Este enfoque se basa en tres pilares fundamentales:
- Prevención: con personal altamente calificado – formado en la universidad Prosegur- controles de acceso digitales, patrullajes disuasorios y una infraestructura segura.
- Detección: a través de cámaras con analítica de video, alarmas conectadas a un Centro de Operaciones de Seguridad (iSOC) (y personal entrenado para identificar amenazas.
- Reacción: con protocolos de respuesta inmediata, sirenas disuasorias y patrullas móviles que garantizan la seguridad de los residentes.
- Prevención: mediante personal altamente calificado mediante universidad Prosegur, controles de acceso digitales, patrullajes disuasorios y una infraestructura segura.
Uno de los aspectos clave de este modelo es el análisis de riesgo y evaluación tecnológica, un proceso que permite identificar vulnerabilidades en accesos, perímetros y zonas comunes. A partir de esta evaluación, se optimizan los recursos tecnológicos, asegurando que las cámaras, alarmas y demás dispositivos se alineen con las necesidades reales de la urbanización.
Los resultados de implementar este modelo muestran una mejora significativa en la reducción de robos en barrios privados. Según los datos, las urbanizaciones que adoptaron esta solución registraron una disminución de hasta un 20% en comparación con aquellas que cuentan únicamente con vigilancia humana. Esta mejora se debe a la capacidad de anticipación y respuesta que brinda la combinación de tecnología y con personal de seguridad especializado.
En un contexto donde la seguridad residencial enfrenta nuevos desafíos, modelos como el de seguridad híbrida ofrecen una alternativa eficaz para las urbanizaciones cerradas. Su implementación permite no solo reducir incidentes delictivos, sino también reforzar la percepción de seguridad entre los residentes, un factor cada vez más valorado en la elección de espacios habitacionales.