Gabriele Münter (1877-1962) fue una de las fundadoras de El Jinete Azul (Der Blaue Reiter), el legendario grupo de artistas expresionistas con sede en Múnich surgido a finales de 1911, al que también pertenecieron Wassily Kandinsky o Franz Marc, entre otros. Se trata de una artista bien conocida en Alemania, pero que solo en los últimos años ha empezado a gozar de mayor relevancia en el resto de Europa. Con cuatro de sus pinturas en sus colecciones, el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza organiza su primera retrospectiva en España y continúa de esta manera con su labor de investigar y reivindicar la obra y el lugar que merecen en la Historia muchas grandes mujeres artistas.
A través de 145 pinturas, dibujos, grabados y fotografías, esta exposición se propone descubrir no solo su trabajo y la riqueza de su obra, sino también a una artista que se rebeló contra las limitaciones que se cernían sobre las mujeres de su época y que consiguió convertirse en una de las figuras sobresalientes del expresionismo alemán a comienzos del siglo XX. A lo largo de su extensa carrera, Münter demostró en numerosas ocasiones su capacidad de adaptación, su incansable deseo de experimentación y su falta de prejuicios ante lo nuevo o diferente. En sus pinturas, de líneas precisas y colores intensos, la artista sumerge al espectador en su mundo privado y, con su aguda mirada, presenta a amigos, amantes, objetos cotidianos, paisajes, o a ella misma, reducidos a su esencia.
La exposición es fruto de un proyecto de colaboración del Museo Nacional Thyssen-Bornemisza con The Gabriele Münter and Johannes Eichner Foundation y la Städtische Galerie am Lenbachhaus und Kunstbau de Múnich y cuenta con el apoyo de la Comunidad de Madrid y de la Art Foundation Mentor Lucerne. Tras su paso por Madrid, se presentará en el Musée d’Art Moderne de París.
El recorrido por las salas comienza con una sección en la que la propia artista se presenta al público a través de una serie de autorretratos y fotografías, y continúa con un recorrido cronológico-temático que abarca toda su larga carrera artística. En primer lugar se dedica un extenso capítulo a sus inicios como fotógrafa aficionada, donde se analiza cómo su relación con este medio de expresión moderno, menos codificado que las tradicionales bellas artes, fue fundamental para su desarrollo posterior. A continuación, se muestra su creación pictórica en un paseo que arranca con las obras realizadas durante sus viajes por Europa y el Norte de África junto a su pareja, Wassily Kandinsky, y prosigue con un amplio espacio dedicado a sus obras maestras del periodo de El Jinete Azul. Para finalizar, la muestra se centra en su exilio en Escandinavia durante la Primera Guerra Mundial y los distintos caminos de expresión que encontró tras su regreso a Alemania a partir de la década de 1920.