SE DESGRANAN LAS HORAS POCO A POCO, EN ESTE TRINAR DE AVES QUE NO CANTAN, HOY LA NOCHE Y EL DÍA SON IGUALES SI NO TENGO TU VOZ EN MI PARCELA.
Se han diluido los veranos detrás de las huellas de tu ausencia, hoy sé que no hay concierto de grillos ni cigarras, que hasta el silencio ha quedado obsoleto detrás del brillo opaco del pantano.
Yo, que miraba extasiada la risa del relámpago y vivía enamorada de las fases de la luna, aprendí a vivir entre tormentas, tropecé con las colinas de la nada, me vestí con túnicas y harapos de otras mañanas sin mañana…
Tantas veces abrí y cerré puertas y ventanas con la esperanza que llegaras con el alba, pero sé que te fuiste en el ocaso llevándote en tu pañuelo mis recuerdos.
El tiempo se apresuró detrás de tu espalda, y cargaste con una historia que no existe a una vieja bahía donde el viento lame las sombras desde el día que te fuiste.
Hoy navego entre las gélidas aguas del olvido, mi destino tropieza con el iceberg de tus ojos que no hipnotizan mi camino, ¿será que la primavera diluirá la nieve con versos que hagan parir de nuevo una memoria de amor sellada en besos?
Irma Gaibor García