Eliminación de estampillas y valores de referencia: ¿Cómo afecta al comercio exterior argentino?

La reciente eliminación de estampillas y valores de referencia en las importaciones busca simplificar el comercio exterior argentino, reduciendo costos y disminuyendo las oportunidades de corrupción. Esta medida, anunciada por el ministro Federico Sturzenegger y la jefa de la AFIP, Florencia Misrahi, apunta a agilizar los trámites aduaneros, eliminando barreras burocráticas que complicaban las operaciones. Antes, los valores de referencia retenían productos cuyo precio no coincidía con lo establecido, obligando a los importadores a pagar garantías adicionales. Ahora, se busca mejorar la competitividad y eficiencia en los procesos de importación.

Delia Flores, empresaria logística y especialista en comercio exterior, considera que la eliminación de las estampillas es una excelente noticia, ya que simplifica los procesos y reduce costos. Según Flores, la obligatoriedad de las estampillas ralentizaba las operaciones debido a los trámites adicionales y al manejo manual que implicaban, generando una pérdida significativa de tiempo y dinero. Además, destaca que esta medida es parte de una serie de acciones recientes para facilitar el comercio exterior, como la eliminación de licencias de importación, la simplificación de trámites de seguridad eléctrica, y la reducción de aranceles para ciertas posiciones arancelarias.

Flores también subraya la eliminación del canal rojo obligatorio y la simplificación en la contratación de seguros de caución, ya que la eliminación de los valores de referencia los hacía innecesarios, lo que reduce aún más los costos y tiempos de espera. Además, señala que se están tomando algunas medidas para que el cepo cambiario se vaya suavizando gradualmente con vistas a su eventual eliminación, y destaca la reciente reducción de 10 puntos en el impuesto PAÍS para las importaciones. Si bien Flores advierte que el impacto de estas medidas no será inmediato, cree que a largo plazo contribuirán a normalizar los procesos de comercio internacional en Argentina, mejorando la competitividad y la credibilidad del país en el mercado global.

Estas reformas no solo benefician a los grandes importadores, sino también a las pymes y al sector productivo, devolviendo rentabilidad y facilitando las operaciones comerciales con el exterior.


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