El cáncer de mama en Argentina, un desafío persistente

En Argentina, el cáncer de mama es la primera causa de muerte por tumores en mujeres, con más de 21.631 nuevos casos anuales1y una tasa de incidencia del 31,6%.1

El cáncer de mama es el más prevalente en casi todo el mundo. Según datos de 2022 de la Organización Mundial de la Salud (OMS), fue el más común entre las mujeres de 157 países3. La Argentina no fue la excepción, ya que de acuerdo con el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (IARC), se detectan más de 21.631 nuevos casos de cáncer de mama por año, lo que representa el 31,6% del total de incidencia de cáncer en el paísy un 16,2% del total de diagnósticos de cáncer registrados en ese período.

Los síntomas de alerta incluyen la aparición de bultos, cambios en la forma o tamaño de la mama, retracción del pezón, aparición de hoyuelos, enrojecimiento o grietas, o secreción anormal2. Ante la presencia de alguno de éstos, es fundamental recurrir a un especialista sin demora.

“El autoexamen mamario es una práctica recomendada para detectar posibles cambios en el tejido mamario mediante la palpación preferiblemente durante la semana posterior a la menstruación, cuando las mamas suelen estar menos sensibles e hinchadas. Pero todas las mujeres deben realizar una mamografía anual a partir de los 40 años. La detección precoz aumenta la perspectiva del tratamiento”, afirma la Dra. Valeria Caceres, Jefa de Departamento de Oncología Instituto Angel H Roffo.

Se recomienda que todas las mujeres entre 50 y 69 años se realicen una mamografía al menos cada dos años. Sin embargo, cada mujer es única, por lo que debe tener en cuenta los antecedentes familiares y otros factores de riesgo, como la obesidad y el sedentarismo. Por lo que las mujeres menores de 50 años y mayores de 69 años deben consultar con su médico para determinar la frecuencia adecuada de las mamografías.

“La detección temprana del cáncer de mama es crucial para aumentar las posibilidades de un tratamiento exitoso y mejorar las tasas de supervivencia. Los chequeos médicos periódicos, como las mamografías, permiten identificar el cáncer en sus etapas iniciales, cuando es más tratable y las opciones terapéuticas son menos invasivas”, afirma la Dra. Gabriela Bugarin, Directora Médica de MSD Argentina para Oncología.

Los factores de riesgo para el cáncer de mama incluyen una combinación de elementos genéticos, ambientales y personales. Si bien la mayor parte de los casos detectados se dan en mujeres de más de 50 años, los antecedentes personales o familiares de cáncer de mama y tratamientos previos con radioterapia antes de los 30 años son factores que aumentan el riesgo, así como un historial reproductivo temprano o tardío y tener mamas densas. Mantenerse físicamente activa y evitar el consumo excesivo de alcohol pueden ayudar a evitar la enfermedad.

“La concientización sobre la importancia de estos controles y la educación sobre los factores de riesgo pueden motivar a más mujeres a realizarse exámenes regulares”, reflexiona la Dra. Bugarin.

Tratamientos Disponibles
El tratamiento del cáncer de mama depende del subtipo de cáncer y del grado de propagación desde el seno hacia los ganglios linfáticos (estadios II o III) u otras partes del cuerpo (estadio IV). A fin de reducir las posibilidades de que el cáncer regrese (recidiva), los médicos combinan tratamientos que pueden incluir:

  • cirugía para extirpar el tumor del seno;
  • radioterapia para reducir el riesgo de recidiva en los tejidos mamarios y circundantes;
  • medicamentos para eliminar las células cancerosas y evitar la propagación, en particular tratamientos con hormonas, quimioterapia o tratamientos específicos con productos biológicos.

Los tratamientos contra el cáncer de mama son más eficaces y se toleran mejor si se inician lo antes posible y se toman hasta completar el esquema.

La cirugía permite extirpar solo el tejido canceroso (tumorectomía o mastectomía parcial) o todo el seno (mastectomía total). Con la cirugía también se pueden extirpar los ganglios linfáticos a fin de evaluar la capacidad del tumor para propagarse.

Con la radioterapia se tratan los tumores microscópicos residuales que permanecen en el tejido mamario o en los ganglios linfáticos, y se reducen así las posibilidades de que haya una recidiva que afecte la pared torácica.

En los casos de cáncer avanzado, el tumor puede erosionar la piel y causar llagas abiertas (úlceras) que no son necesariamente dolorosas. Las mujeres con heridas en los senos que no cicatrizan deberían buscar atención médica para someterse a una biopsia.

Los medicamentos para tratar el cáncer de mama se seleccionan en función de las propiedades biológicas del cáncer, que se determinan mediante pruebas especiales (determinación de marcadores tumorales). La gran mayoría de los medicamentos utilizados contra el cáncer ya figuran en la Lista Modelo OMS de Medicamentos Esenciales.


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