EL 5 DE ABRIL SE RETRASA EL RELOJ, PERO ¿QUÉ PASA CON LOS EFECTOS FÍSICOS Y MENTALES? ADAPTARSE AL HORARIO DE INVIERNO REQUIERE AJUSTES EN LA RUTINA PARA EVITAR EFECTOS ADVERSOS.
El próximo cambio de hora este 5 de abril puede generar efectos en la salud de las personas, alterando el sueño, el estado de ánimo y el rendimiento diario. Ajustarse a esta modificación puede ser un desafío, especialmente para niños, adultos mayores y personas con trastornos del sueño.
El cambio de horario impacta significativamente tanto en el bienestar físico como en la salud mental de las personas. La alteración en la exposición a la luz natural puede afectar el ritmo circadiano, provocando dificultades en el sueño, fatiga diurna y alteraciones en el estado de ánimo. Según expertos, este ajuste puede generar desbalances hormonales que afectan la producción de melatonina y cortisol, influyendo en la concentración, el rendimiento y el bienestar emocional.
Desde el punto de vista físico, el cambio en los ciclos de luz y oscuridad puede desencadenar síntomas como somnolencia, mayor irritabilidad, dolores de cabeza e incluso alteraciones en la presión arterial. Además, el desajuste en el reloj biológico puede afectar el metabolismo, incrementando el riesgo de problemas digestivos y alteraciones en el apetito. “Muchas personas experimentan una sensación de agotamiento los primeros días tras el cambio de hora, lo que puede afectar su productividad y estado de ánimo”, señala Camilo Bastías, psicólogo de Grupo Cetep.
En términos de salud mental, la falta de sueño y la reducción en la exposición a la luz solar pueden desencadenar episodios de ansiedad y depresión en personas más vulnerables. Estudios han demostrado que la disminución de luz natural influye en la producción de serotonina, el neurotransmisor asociado al bienestar, lo que podría explicar por qué algunas personas experimentan cambios de humor, desmotivación o mayor irritabilidad.
Recomendaciones
Expertos en salud recomiendan adoptar ciertas estrategias para minimizar el impacto del cambio horario:
- Ajuste progresivo del horario: Retrasar o adelantar la hora de acostarse y despertarse en intervalos de 15 a 30 minutos en los días previos al cambio.
- Exposición a la luz natural: Salir al aire libre durante la mañana ayuda a regular el reloj biológico.
- Rutinas de sueño consistentes: Mantener horarios regulares para dormir y despertar, evitando dispositivos electrónicos antes de acostarse.
- Alimentación equilibrada: Evitar comidas pesadas y estimulantes como la cafeína en la tarde-noche.
- Ejercicio moderado: Realizar actividad física ayuda a mejorar la calidad del sueño, pero se recomienda evitar el ejercicio intenso cerca de la hora de dormir.
Los efectos del cambio de hora suelen ser transitorios y varían según cada persona. Sin embargo, si los problemas de sueño o ánimo persisten, es recomendable consultar con un especialista en salud.