Una niña nació con un arcoíris, lleno de colores y emociones, formas y ruidos, una luz bella y su sonrisa brillante, juega y aprende, explora un mundo sin color, a donde ella va su arcoíris la acompaña, en el jardín era todo juego, conocí colores, letras, formas, cuando llegué al colegio, la niña fue con su arcoíris, aunque ella quería cambiar su arcoíris, su arcoíris la acompañaba, con el tiempo esto le empezó a molestar, tenía que guardar su arcoíris en una caja en clase, pero la niña no quiso.
-Dijo -Yo soy mis colores y emociones, son parte de mí, donde esté estoy yo y me gustan, son parte mía, no los quiero guardar en una caja.
-Mira a tu alrededor – Dijo la niña.
Todos tenemos diferentes colores, emociones y ruidos. Cada uno es tan bello como perfecto con sus singularidades, lo perfecto no siempre tiene que ser igual, acá veo nubes, soles, flores, lluvia, viento y todos y cada uno somos diferentes.
Mi arcoíris es mi esencia y lo voy a llevar conmigo y así, en el salón de clases festejaron todos, nubes, flores, arcoíris, soles, lunas.
Ese día, el cole no fue un salón gris, se llenó de color y alegría.
RUTH SÁNCHEZ