CÓMO LOS ARGENTINOS REDEFINEN EL RESGUARDO DEL VALOR MÁS ALLÁ DE LOS NÚMEROS
En un país donde las medidas económicas se actualizan con velocidad y la incertidumbre es parte del día a día, la seguridad dejó de ser solo un tema bancario o financiero: se transformó en una necesidad integral. Hoy, las personas ya no solo buscan rendimiento económico: buscan minimizar riesgos, preservar autonomía y mantener el control sobre lo que les pertenece.
Según el estudio global de Cigna “360 Wellbeing Survey”, las finanzas personales son hoy la principal fuente de estrés en adultos. Más del 50% de las personas afirma preocuparse por no tener ahorros suficientes. En paralelo, estudios recientes muestran que los problemas económicos están directamente relacionados con trastornos como la presión arterial, problemas de sueño o ansiedad.
En este contexto, las decisiones que permiten recuperar previsibilidad o reducir el nivel de exposición adquieren un nuevo valor. Desde contratar un seguro hasta alquilar una caja de seguridad privada, lo que antes se consideraba accesorio hoy es estratégico.
“La seguridad financiera, no pasa solamente por una inversión. Hoy también importa cómo resguardás lo que ya tenés. Y eso no siempre se define por una tasa, sino por el nivel de tranquilidad que te aporta”, explica Ignacio Serrano, Gerente de Marketing de Hausler.
Las 5 claves del bienestar financiero
- Respaldo físico en entornos de confianza: Ante el aumento de delitos informáticos y la inestabilidad cambiaria, servicios como cajas de seguridad privadas recuperan protagonismo como espacios de resguardo físico, blindado y discreto.
- Toma de decisiones proactiva: Evitar escenarios futuros de pérdida es más valorado que reaccionar ante una crisis. Desde seguros hasta contratos de resguardo, se prioriza la prevención.
- Orden y planificación: Tener control sobre los recursos propios y saber dónde están, lejos de depender de terceros o sistemas en crisis, suma previsibilidad.
- Tranquilidad como diferencial: El estrés financiero ya no solo impacta en el bolsillo: también en la salud y la productividad. Minimizar esa carga se vuelve parte del bienestar general.
- Construcción de identidad financiera: Las personas desean que su manera de organizarse hable de ellas. Elegir servicios que representen orden, discreción y previsión se vuelve parte de una narrativa personal de control y cuidado.