Existen muchos pensamientos al respecto, reflexiones y/o observaciones. ¿Pero qué es la vida realmente?
Podríamos pensar en la idea de que, la vida es un pasaje en la cual nos encontramos con personas que comparten características, similitudes y así también personas muy distintas a nosotros.
Conocemos una amplia variedad de cosas que vamos encontrando a su paso, cosas que nos hacen bien y otras que no, cosas que nos identifican y otras que no. Pero como es sabido, solo conoce su camino, el que está dispuesto a descubrir su andar, su destino.
La vida es un viaje, en la cual vamos adquiriendo virtudes, costumbres y tradición. Es un viaje de fe, amor y esperanza. Fe en que todo es posible y a pesar de las dificultades lo podemos lograr. Amor un acto de caridad consigo mismo y con los demás. Y esperanza porque todo se puede si esperamos en él.
La vida tiene su sentido lógico donde todo aquello que sucede solo pasa una vez, no se repite, no se puede volver atrás y cambiar lo que ya paso. Como decía el abuelo lo hecho, hecho esta.
Muchas veces me tomo el tiempo para observar cada detalle del día, como es el acontecer diario, y pienso en la inmensa creación, como fue creada a la perfección. La vida es eso, son los detalles, las cosas que hacemos y sentimos. Poder apreciar lo que tenemos ante nuestros ojos es un acto de fe, es la oportunidad de confiar en un mañana mejor, que todo vuelve a comenzar a cada mañana.
En esta oportunidad que tenemos de vivir la vida sería interesante que cada uno de nosotros aportemos nuestro granito de arena y tengamos el coraje y la valentía de luchar por un mundo mejor, que unamos nuestras manos y alcemos nuestras voces, que nos escuchen en todos los rincones diciendo “vivamos, vivamos como nunca, vivamos como locos que la vida es una y no se repite, que la vida es buena, hay que vivirla y gozarla, es una fiesta que será recordada siempre” , seamos locos de los buenos de los que buscan hermandad, humanidad entre los pueblos.
Por Paola Seibert