La estabilidad macroeconómica y financiera que la Argentina está experimentando en 2024 abre una ventana de oportunidad única para el desarrollo del crédito hipotecario, un sector históricamente relegado en comparación con otros países de la región. Aunque la inflación interanual del 190% aún plantea desafíos, la reciente apreciación del peso argentino, junto con la desaceleración de los índices de inflación mensual, sienta las bases para un escenario más predecible. Este nuevo contexto también generó un impacto significativo en la oferta crediticia, gracias al desarme de las LELIQs, que liberó liquidez en el sistema financiero y permitió a los bancos canalizar esos fondos hacia el mercado.
“En Argentina, el crédito al sector privado solo representa el 12% del PBI, frente al 50% promedio de América Latina. Este es uno de los índices más bajos de la región. Sin embargo, la reciente apertura del mercado crediticio, impulsada por el BCRA, está empezando a cambiar este panorama. La expansión del crédito no solo revitaliza el mercado hipotecario, sino que también tiene un impacto directo en la economía real, fomentando la inversión y el consumo”, destaca Julián Sanclemente, CEO y co-founder de Alprestamo.
Un cambio importante comenzó a evidenciarse en abril de este año, cuando los bancos argentinos retomaron de manera consistente la oferta de préstamos hipotecarios. Esto marcó un punto de inflexión tras varios años de estancamiento, en los que la inestabilidad económica había prácticamente paralizado el sector.
Según el último Informe Monetario del Banco Central de la República Argentina (BCRA), los préstamos en pesos al sector privado registraron una suba del 66,8% desde enero de 2024, con los créditos hipotecarios destacándose con tasas de aumento mensual de dos dígitos.
Un mercado hipotecario que tiene mucho para crecer
En septiembre, el volumen de créditos hipotecarios otorgados superó los US$ 100 millones, un récord histórico desde 2018. Actualmente, 23 bancos ofrecen líneas ajustadas a Unidades de Valor Adquisitivo (UVA), con tasas que van desde el 3,5% hasta el 9%. Esta tendencia, respaldada por la baja inicial de tasas de referencia y una mayor disposición del sistema financiero a colocar fondos, apunta a revitalizar el acceso a la vivienda propia.
A pesar de estos avances, el crédito hipotecario en Argentina representa apenas el 0,2% del Producto Bruto Interno (PBI). Este porcentaje contrasta fuertemente con los promedios regionales, que oscilan entre el 5% y el 10%. A nivel regional, el crédito hipotecario equivale al 8% del PBI, muy por debajo del promedio europeo (37%) y del de Estados Unidos (70%). Países como Chile presentan cifras más altas, alcanzando cerca del 30%, lo que refleja un acceso más consolidado al crédito para la vivienda.
Este rezago contribuye al significativo déficit habitacional que afecta a América Latina y el Caribe, donde más de 23 millones de personas enfrentan un déficit cuantitativo (carencia de viviendas) y otras 46 millones sufren un déficit cualitativo (condiciones deficientes de materiales, servicios básicos insuficientes, entre otros). En total, estas cifras representan casi un tercio de los habitantes urbanos de la región, siendo las áreas urbanas las más afectadas por la falta de oferta suficiente, el aumento de precios y las limitadas opciones de vivienda accesible, detalla el CAF Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe.
Estrategias para estimular el crédito hipotecario
“El mercado de crédito en Argentina tiene mucho potencial por explotar, y gracias a la colaboración de todo el sector financiero (entre banca tradicional y fintech), con su capacidad de innovación, podríamos estar más cerca de una mayor inclusión financiera y un sistema más justo para todos”, agrega Sanclemente.
Ante la magnitud del déficit habitacional, es evidente que no se puede abordar exclusivamente con recursos públicos. El estímulo al crédito hipotecario es clave para cerrar esta brecha y fomentar la creación de soluciones habitacionales accesibles. Esto puede lograrse mediante:
- Instrumentos financieros accesibles y competitivos
Es necesario desarrollar productos hipotecarios ajustados a las condiciones locales, con tasas de interés atractivas y plazos de pago que respondan a las necesidades reales de los compradores.
- Promoción de la educación financiera
Brindar herramientas de educación financiera es importante para que los consumidores comprendan los riesgos y beneficios del crédito hipotecario. Esto fomenta una cultura de ahorro e inversión, minimizando el riesgo de sobreendeudamiento.
- Fomento de la confianza mediante políticas públicas
La estabilidad del mercado dependerá de la implementación de políticas públicas que respalden el acceso a la vivienda y fortalezcan la confianza de los consumidores e inversores en el sector financiero.
- Integración tecnológica
La tecnología ya está jugando un rol clave, con plataformas fintech como Alprestamo que facilitan el acceso al crédito de manera ágil y transparente. La digitalización de procesos no solo optimiza la experiencia del usuario, sino que también amplía significativamente el alcance del sistema financiero.
Beneficios de un mercado hipotecario dinámico
Un sistema hipotecario robusto no solo mejora el acceso a la vivienda, sino que también impulsa el crecimiento económico. La expansión del crédito genera un efecto multiplicador en sectores clave como la construcción y el empleo. En América Latina, las experiencias exitosas en países con mercados hipotecarios más desarrollados demostraron su capacidad para reducir desigualdades económicas y mejorar significativamente la calidad de vida.
Además, la región tiene una proyección de crecimiento del mercado hipotecario del 3% anual entre 2024 y 2029, consolidando al sector como un motor clave de desarrollo económico. La Argentina tiene la oportunidad de sumarse a esta tendencia si logra consolidar políticas sostenibles que favorezcan el acceso al crédito.
“El 2025 se perfila como un año de oportunidades para nuestro país, con proyecciones de crecimiento del 5%. Los datos recientes del BCRA sobre el mercado crediticio muestran un dinamismo alentador, aunque aún queda mucho por hacer. La estabilidad macroeconómica será clave para sostener este impulso: si controlamos la inflación y atraemos más inversiones, podremos construir un sistema financiero más dinámico y accesible”, destaca Pablo Blanco, CFO de Alprestamo.
Las cifras muestran el potencial del sector, pero también resaltan la importancia de adoptar un enfoque estratégico que combine estabilidad macroeconómica, innovación y políticas públicas orientadas al largo plazo. Si el país logra superar los desafíos pendientes, el crédito hipotecario podría consolidarse como un motor clave de progreso económico y social, acercando a miles de familias argentinas al sueño de la vivienda propia y reduciendo la brecha con los mercados más desarrollados de la región.