Durante nuestras vacaciones, los profesionales de la salud continúan trabajando, en algunos casos, en aquellos lugares donde, justamente, nosotros descansamos. A qué se enfrentan y con qué tecnología.
Si bien los imponderables no tienen una época precisa en el año, durante el verano, tiempo de vacaciones y distancias, cobran importancia aquellos lugares que se preocupan por lo urgente antes que por lo importante. Y así deben hacerlo.
Sucede que lejos de casa, en la playa y la montaña, salas de primeros auxilios y shockrooms, o salas de emergencia, adquieren una dimensión especial, sobre todo cuando enfrentamos momentos angustiantes en términos de salud, cuando el correr del reloj se resignifica y es prácticamente lo único que tenemos en mente.
“El primer auxilio significa desde la famosa picadura de agua viva, un sangrado, que alguien se caiga hasta tener una torcedura o una fractura, aunque eso va a ser tratado después en el hospital”, diferenciaba Lelia Fernández, directora de Atención Primaria de la Salud del municipio de Necochea, para ejemplificar las necesidades que se atienden en estos espacios de la Salud.
De acuerdo con la funcionaria, quien reflexionó acerca de las salas de primeros auxilios presentando dos situadas en Necochea y Quequén de cara a la temporada, es importante aclarar que estas salas “no son ni un centro de salud ni un hospital”, y que, de hecho, “todas van a tener una ambulancia cercana al lugar para poder hacer el traslado al hospital que corresponda”.
En ese mismo sentido, enfatizó: “No es un lugar para ir porque te duele la muela o la cabeza. No se hacen diagnósticos, se atienden netamente los primeros auxilios. Lo que se hace es estabilizar al paciente hasta que venga la ambulancia a buscarlo”, aclaró, destacando que en diciembre serán gestionadas por personal de enfermería y a partir del 1 de enero se incorporarán médicos, atendiendo, lógicamente, en horario de playa.
Shockrooms: equipamiento básico
En la misma línea se expresó Tomás Piqueras, CEO de CSH, Compañía de Servicios Hospitalarios, empresa especializada en equipamiento médico de vanguardia, quien explicó que muy probablemente una sala de primeros auxilios no tenga tecnología, a diferencia de la sala de emergencias de un hospital.
“El shockroom o la sala de emergencias, debe tener un monitor multiparamétrico, un desfibrilador, una bomba de infusión, electrocardiógrafo, ventilador y un ecógrafo”, enumeró el directivo, agregando al listado bombas de infusión, videloringoscopio, camillas de traslado y camas, apuntando que las exigencias en esta instancia son mucho mayores que en el caso anterior.
Párrafos aparte para describir para qué se utiliza cada equipo, ilustrando así en qué caso aparece la necesidad: un monitor multiparamétrico es un dispositivo para medir y supervisar las constantes vitales de un paciente -frecuencia cardíaca, respiratoria, presión arterial, etc.-, mientras que un monitor electrocardiográfico, también conocido como monitor de eventos cardíacos, sirve para registrar la actividad eléctrica del corazón, es decir, su frecuencia y ritmo.
Asimismo, un videloringoscopio se utiliza para intubar a pacientes que tienen dificultades para respirar, y que permite visualizar la vía aérea del paciente en tiempo real, ayudando a los médicos a ser más precisos y a evitar daños en las vías respiratorias.
Por otra parte, una bomba de infusión es un dispositivo médico que se utiliza para administrar medicamentos o líquidos a los pacientes a través de un catéter o vía intravenosa. Su principal función es administrar medicamentos de forma precisa y segura, ya que permite controlar la cantidad, la velocidad y el tiempo de administración.
Según detalla Piqueras, el impacto de la tecnología en la salud se observa a diario, mejorando la prevención, el diagnóstico, el tratamiento y el seguimiento de enfermedades. “La tecnología para la salud más moderna y actualizada es la aliada del profesional a corto, mediano y largo plazo. Y el trabajo diario en un shockroom no hace más que confirmarlo”, finaliza.