EN LA ARGENTINA, VIVIR CON UNA DISCAPACIDAD MUCHAS VECES ES ENFRENTAR UNA BATALLA DIARIA POR DERECHOS BÁSICOS: ACCESO A TRATAMIENTOS, PRESTACIONES MÉDICAS, APOYOS ECONÓMICOS Y CONDICIONES MÍNIMAS DE DIGNIDAD. LO QUE DEBERÍA SER GARANTIZADO POR EL ESTADO, EN MUCHOS CASOS, SE CONVIERTE EN UNA CARRERA DE OBSTÁCULOS QUE RECAE SOBRE LAS ESPALDAS DE LAS FAMILIAS.
En ese contexto, el ingreso del proyecto de Ley de Emergencia en Discapacidad significó una señal de esperanza para miles de personas. Un intento por poner sobre la mesa una realidad urgente, invisibilizada y postergada. Pero, como suele suceder en este país, lo urgente no siempre es lo que se prioriza.
El proyecto fue presentado por un bloque opositor al gobierno nacional y debía tratarse en comisión. Sin embargo, el diputado José Luis Espert intervino para evitar su tratamiento en la Comisión de Presupuesto y Hacienda. Su maniobra generó que la Cámara de Diputados lo emplazara para que el proyecto fuera discutido igualmente en esa comisión. Cabe aclarar que el presidente de la comisión no estuvo presente durante la votación, al igual que todos los diputados de La Libertad Avanza.
La sesión prevista para el 23 de abril se pospuso debido al fallecimiento del Papa Francisco. Finalmente, este lunes el proyecto obtuvo dictamen favorable para su tratamiento en la Cámara Baja mediante sesión extraordinaria.
Un panorama complejo.
Las familias están desesperadas. Pero no como lo expresan algunos legisladores, que están muy lejos de vivir la angustia diaria de quienes cuidan a una persona con discapacidad sin pensión, sin prestaciones y con una presión constante que el sistema no alivia.
Hoy se logró un sí. Pero no hay un plazo máximo para debatir el proyecto en Diputados. Por eso es urgente sostener la presión social y la presencia activa en todos los ámbitos. Es ahora cuando más se necesita que la sociedad civil no se retire.
Todo indica que el proyecto será aprobado tanto en Diputados como en el Senado. Sin embargo, la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS) ya manifestó su rechazo total a esta ley. Es probable que, de avanzar, el Ejecutivo veto la norma. Y lo que no debería pasar —pero tememos que pase— es que aquellos que hoy votaron afirmativamente, luego cambien su voto y permitan que el veto se mantenga.
Nosotros esperamos. Pero no sedados. Estamos atentos a cada movimiento de quienes deberían representarnos.
Y recuerden: estamos en año electoral.
Por Juan Cruz San Martín, abogado especialista en derecho y políticas de inclusión @sanmartinjuancruzok
