Uno
Los primeros días estuve, delirante, repasando las razones que me arrastraron al final
En ese momento empiezas a reconocer a personas que tenías cerca y que pasaste de largo.
De repente te das cuenta que vivías en un círculo, que lo transitabas tiernamente
Como un hámster en una jaula
¡Ay, qué divertido! Qué feliz soy con mi centinela privado.
Pero te sientes agotada todo el tiempo y lo peor, empiezas a reconocer el encierro.
Comprendes, enseguida, que caíste en una trampa.
Dos
Huir tiene sus complicaciones
Significa que tuviste que morder la mano de quien te alimentaba de afecto artificial
Porque nada dentro de la jaula era genuino
La decoración y objetos de utilería para que te sintieras a gusto
Para que no te dieras cuenta que estabas en una cárcel.
Tres
Cómo no tenías planificado escapar.
¿Quién querría salirse de un idilio donde eras una princesa de cuentos de hadas?
Fugarse tuvo sus contratiempos. Estabas destinada a ese romance, con sus propios sacrificios.
Permanecer aislada. En esa rutina de sexo y alimentos.
Una vida sencilla y placentera en la que desperdiciabas tu alma.
Pero aún, no lo sabías.
Cuarto
El centinela te lava el cerebro con una estafa muy barata
Algo así como que eres única, lo mejor que me ha pasado, y la mejor de todas;
Te amaré toda la vida.
Al fin tus plegarias fueron escuchadas. Al fin alguien te ofrecía amor incondicional.
El destino estuvo marcado en una hora y una fecha preciosa, pero te detenías allí para darte cuenta que el momento no fue tan espontáneo y quizá había sido planificado.
Y allí, en algún punto de la memoria encuentras algo esclarecedor: no te escogió por azar.
Quinto
De la vida, naces, y renaces en medio del llanto.
Despertar tiene sus ventajas. No tienes que empezar desde cero.
Las cosas, las personas que te aman estaban en el mismo sitio
Nada cambió de puesto.
Tan solo regresar, y ocupar el mismo lugar.
Seis
Volver implica encontrarte con tus propios demonios.
Pensaba que iba a dolerme durante meses o años
Pensaba que no podría avanzar, pensaba lo peor.
Pero, en menos de lo que imaginas, en cuestión de días, o par de semanas.
Te busca alguien que conocías. Que estuvo ahí siempre.
Al alcance de la mano y de la boca.
Pero, no le veías.
Y vuelves a besar. Y vuelves a mirarte y a reconocerte en el espejo
Y sonríes está vez sin fingir
De puro gusto desmedido.
Y das un grito de libertad, eres el ave fénix.
Alguien que intenta manipular con su afecto
Hará el mismo proceso de casting
No hay reglas de prevención. Pero si quizá una señal que no debes ignorar.
Es un falso profeta. Lo encuentras por allí fingiendo de caballero
De lector consumado, con una biblioteca llena de libros.
Y te ofrece un caramelo envenenado directamente en la boca.
¿Cómo resistirse?
Siete
No te sientas culpable
Si muerdes el anzuelo.
No serás la única. Ni serás la última.
Tenías que pasar por esto y salir viva para escribirlo.
No tengas miedo de hablar. No sientas vergüenza. El verdugo se enaltece con tus miedos.
Acepta que venciste una batalla. Vuelve a la magia del momento.
Del día que acaba de empezar. De los besos que te esperan a la vuelta de la esquina.
Sin trampas. Sin artificios.
Sin crearte ilusiones, el amor es sencillo y jamás, nunca duele.
Karim Quiroga – La cabra LibreRa (poeta y escritora de Colombia)