El cuidado de la piel en adolescentes es un tema que genera cada vez más interés, tanto por razones estéticas como por la influencia de las redes sociales y las tendencias de skincare. Sin embargo, su abordaje debe ser personalizado, tomando en cuenta factores como la edad, los cambios hormonales y las necesidades específicas de cada piel.
En la adolescencia, los cambios hormonales pueden desencadenar problemas comunes como acné, puntos negros, exceso de grasa o, en algunos casos, resequedad. Además, las estrías pueden aparecer como resultado de variaciones en el peso o el crecimiento rápido. Estas condiciones suelen impactar la autoestima y son una de las principales razones por las que los jóvenes acuden a consulta médica.
Desde temprana edad, es esencial inculcar hábitos básicos de cuidado de la piel. A través del juego y la educación, los niños pueden aprender la importancia de la higiene general y el uso diario de protector solar, que es una medida clave para prevenir daños a largo plazo, como el envejecimiento prematuro o las manchas solares.
Sin embargo, es importante destacar que el uso de productos cosméticos debe estar siempre supervisado por un especialista. Un profesional evaluará el tipo de piel, posibles afecciones y recomendará productos que cumplan con estándares aprobados por las sociedades médicas. Esto es especialmente relevante para evitar reacciones adversas o el uso de productos inadecuados que pueden agravar ciertos problemas.
Otra tendencia en la consulta es la atención familiar, donde los adolescentes acuden acompañados por sus padres, quienes también buscan orientación para el cuidado de su piel. Esto facilita la creación de rutinas personalizadas, adaptadas tanto a las necesidades hormonales de los jóvenes como a las condiciones específicas de los adultos.
Un aspecto crucial es desmitificar las tendencias en redes sociales relacionadas con el skincare. Aunque estas plataformas pueden servir para despertar interés, muchas rutinas que se popularizan no son necesarias ni adecuadas para todos los tipos de piel. Incluso, el uso excesivo o incorrecto de productos puede causar más daño que beneficio. Por ello, la consulta con un especialista se vuelve indispensable antes de adoptar cualquier rutina de cuidado de la piel.
Finalmente, hay que tener en cuenta que el cuidado médico no solo tiene que ver con productos, sino también con hábitos de vida saludables. Una dieta equilibrada, el consumo adecuado de agua y la protección frente a factores externos, como la contaminación y la exposición solar, son pilares fundamentales para mantener una piel sana en cualquier etapa de la vida.
Dra. Johanna Furlan – Cirujana estética MN122.975 – IG @drajohannafurlangraf