LA PRESENCIA DE ANIMALES SILVESTRES EN URBANIZACIONES CONSTRUIDAS SOBRE HUMEDALES ES CADA VEZ MÁS FRECUENTE. ESTA SITUACIÓN GENERA CONFLICTOS QUE PUEDEN EVITARSE PROMOVIENDO UNA CONVIVENCIA ARMONIOSA ENTRE LAS PERSONAS Y LA FAUNA AUTÓCTONA. ES FUNDAMENTAL RESPETAR SU HÁBITAT NATURAL Y TOMAR MEDIDAS PARA MINIMIZAR LOS IMPACTOS NEGATIVOS.
El crecimiento de las ciudades ha llevado a la ocupación de humedales, como sucede en los partidos de Tigre y Escobar, lo que ha alterado el equilibrio natural. La reducción de depredadores y la falta de regulación poblacional han provocado un aumento significativo de especies como los carpinchos, coipos y cuises. Esto genera situaciones problemáticas, como daños en jardines, accidentes viales, enfrentamientos entre animales y el riesgo de ataques por parte de perros.
También se ha registrado la presencia de zorros y comadrejas en busca de alimento, lo que genera temor en la población debido al desconocimiento sobre estos animales. Además, aves rapaces como el gavilán mixto y los caranchos pueden representar una amenaza para los pequeños animales de compañía.
Claramente, se han ocupado espacios sin considerar que se estaba invadiendo un área natural y sin proyectos de manejo que disminuyan el impacto ocasionado por la destrucción de los humedales naturales. Resulta muy necesario, a esta altura de los acontecimientos, controlar los riesgos en que se encuentran las poblaciones de fauna autóctona y lograr una mejor convivencia entre las especies, entre las que se encuentra el ser humano.
Se han probado diferentes estrategias, como cercos perimetrales y áreas de alimentación, con resultados parciales. En algunos parques nacionales se controla la población de especies mediante la caza, pero esta opción genera debates éticos. Otras alternativas, como la castración y el traslado de animales, han tenido un éxito limitado.
Desde los años 90, se ha desarrollado un método de control poblacional basado en vacunas anticonceptivas, que ha demostrado ser eficaz y reversible. Este sistema se ha aplicado en diversos países para regular especies como bisontes, caballos salvajes y elefantes.
En la provincia de Buenos Aires, un proyecto impulsado por la UBA, el CONICET, la Dirección de Flora y Fauna de la provincia y la Asociación Vecinal de Nordelta busca aplicar este método en 250 carpinchos adultos. El plan es lograr estabilizar la población y garantizar el equilibrio entre la conservación de la especie y la sostenibilidad del entorno urbano.
Por ello, a la hora de intervenir, es necesario conocer cuáles pueden ser las herramientas más idóneas para lograr una maximización de los recursos. No podemos dejar de mencionar y hacer fundamental hincapié en que la educación de la población es la mejor y más persistente herramienta para controlar los desequilibrios en la naturaleza.