LA PROVINCIA DE BUENOS AYRES SE ENCUENTRA ANTE UN MOMENTO CLAVE. LAS ELECCIONES LEGISLATIVAS DE ESTE AÑO SE DESARROLLAN EN UN ESCENARIO DE PROFUNDAS TENSIONES SOCIALES, ECONÓMICAS Y ESTRUCTURALES. EL 7 DE SEPTIEMBRE SE RENOVARÁN 46 BANCAS DE DIPUTADOS Y 23 DE SENADORES PROVINCIALES, ADEMÁS DE CONCEJALÍAS Y CONSEJOS ESCOLARES. EL 26 DE OCTUBRE SE VOTARÁ POR LEGISLADORES NACIONALES. LA SUSPENSIÓN DE LAS PASO Y EL DESDOBLAMIENTO DE LOS COMICIOS MARCAN UN GIRO INSTITUCIONAL QUE EXIGE REPENSAR EL RUMBO DE UNA PROVINCIA TAN VASTA COMO DESIGUAL, TAN RICA COMO POSTERGADA.
Con casi 18 millones de habitantes -el 37% de la población nacional- Buenos Ayres expresa, como pocas regiones, las contradicciones de un país fragmentado. El Área Metropolitana (AMBA), con casi 14 millones de personas, sufre un colapso urbano, hacinamiento y servicios desbordados, mientras la región extra-AMBA, en especial el sudoeste, atraviesa un preocupante proceso de despoblamiento. Son numerosos los municipios que pierden población joven, incapaces de ofrecer alternativas laborales más allá de la producción primaria. La imposibilidad de generar valor agregado, sumada a la falta de conectividad y políticas activas, alimenta una migración silenciosa hacia los polos urbanos o costeros.
Económicamente, la provincia es un gigante atado. Aporta el 36,4% del PBI nacional, pero sufre una estructura productiva sin integración ni planificación. La precariedad laboral, el deterioro de la infraestructura y la alta dependencia de la coparticipación limitan a los municipios. El 39,5% de las viviendas no tiene acceso a cloacas; las rutas troncales como la 51 o la 226, esenciales para el transporte de mercancías y personas, están deterioradas al igual que los caminos rurales; y aunque se inauguren Centros de Atención Primaria de la Salud, los hospitales siguen saturados y las listas de espera se eternas.
A este panorama se suma la inseguridad creciente. El crimen organizado ha ganado terreno en el conurbano, con bandas narco que controlan barrios enteros. La pobreza y la falta de oportunidades alimentan esta espiral, y aunque la policía enfrenta la situación con recursos limitados, la respuesta política sigue atrapada en la lógica del parche: obras de corto alcance en lugar de soluciones estructurales.
El marco legal que rige la vida institucional bonaerense también quedó detenido en el tiempo. La Ley Orgánica de las Municipalidades (1958) y la Ley Electoral (1946) son testimonios de una época que ya no existe. La reforma constitucional de 1994 no habilitó a los municipios a una autonomía municipal plena, impidiéndoles diseñar sus propias Cartas Orgánicas para el desarrollo en función de sus particularidades. La falta de autonomía impide la innovación política y debilita la democracia local.
En este contexto, la inteligencia artificial no es una solución mágica, sino una herramienta para una planificación inteligente, transparente y eficiente. En la gestión pública, su aplicación puede reducir la corrupción y la burocracia, además de analizar grandes volúmenes de datos para anticipar demandas en salud, educación, infraestructura y seguridad.
El Ministerio de Salud provincial participa en un proyecto interdisciplinario que utiliza Inteligencia Artificial Bayesiana para prever brotes de dengue y actuar de manera preventiva. Estas tecnologías también permiten detectar patrones delictivos, optimizar la distribución de recursos y localizar zonas críticas antes de que los problemas escalen.
Sin embargo, su eficacia depende de una premisa fundamental: voluntad política y conducción ética. La inteligencia artificial no reemplaza la política, pero puede iluminar sus decisiones y fortalecer su impacto.
Las elecciones de 2025 ofrecen una oportunidad para dar un giro. Buenos Ayres necesita un nuevo acuerdo político que descentralice el poder, fortalezca a los municipios, estimule la producción local y dé respuesta a una comunidad cansada del abandono. No se trata solo de cambiar nombres, sino de cambiar el rumbo. La provincia más rica del país no puede seguir siendo rehén de la improvisación ni de un centralismo que la asfixia.
Ha llegado el momento de despertar el potencial bonaerense. Y eso exige legisladores y concejales con amor por su provincia, por sus pueblos y por su pueblo. Que legislen con los pies en la tierra y la mirada en el porvenir.
Luis Gotte
Mar del Plata
luisgotte@gmail.com
Coautor de Buenos Ayres Humana I: La hora de tu comunidad (Ed. Fabro, 2022); Buenos Ayres Humana II: La hora de tus intendentes (Ed. Fabro, 2024); y en preparación: Buenos Ayres Humana III: la Revolución Bonaerense del Siglo XXI, las Cartas Orgánicas municipales.
