BAJO EL LEMA “FORJADORES DE UN NUEVO MUNDO. LA PERSONA, PRINCIPIO Y FIN DEL DESARROLLO”, LA ASOCIACIÓN CRISTIANA DE DIRIGENTES DE EMPRESA REALIZÓ SU TRADICIONAL ENCUENTRO ANUAL EN LA SEDE DEL REGIMIENTO DE PATRICIOS EN BUENOS AIRES. PARTICIPARON DESTACADOS ANALISTAS Y EXPOSITORES NACIONALES E INTERNACIONALES Y EMPRESARIOS DE COMPAÑÍAS LÍDERES.
La presidente de la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa (ACDE), Silvia Bulla, pidió “consolidar instituciones sólidas, para aprovechar la gran oportunidad que se presenta para Argentina”, al clausurar el 28° Encuentro Anual de la entidad, que se realizó ayer y hoy en el Regimiento de Patricios de la Ciudad de Buenos Aires. En ese sentido, la titular de ACDE planteó: “el orden macroeconómico tan necesario requirió y seguirá requiriendo un gran esfuerzo de toda la sociedad, sobre todo de quienes más sufren. También de los líderes empresariales, que debemos conducir sustentables, cuidando a las personas, sin dejar a nadie al costado del camino. Y como también vimos durante la tarde, tenemos que procurar que estos enormes esfuerzos no hayan sido en vano. ¿Cómo se logra? Con instituciones sólidas, con diálogo y políticas de Estado. Todas estas cuestiones que a los argentinos nos cuesta tanto conseguir”. En tanto, el presidente del Encuentro Anual 2025 Forjadores de un nuevo mundo. La persona, principio y fin del desarrollo y el director general de Google Argentina, Víctor Valle, agregó: “los profundos cambios que vive el mundo y nuestro país nos generan natural incertidumbre. Pero también significan una gran oportunidad para que por una vez podamos construir un país próspero, justo e inclusivo” e invitó a los empresarios argentinos a “transformar esa incertidumbre en esperanza”.
La segunda jornada del encuentro, que nuclea a los empresarios cristianos de todo el país, se inició con una reflexión del Padre Daniel Díaz, asesor doctrinal de ACDE, que dijo: “tenemos una gran misión. Se nos ha concedido una tarea central para la sociedad, que es la empresaria, una noble vocación y debemos dar gracias a Dios por habernos elegido”, y pidió: “reconocer en cada colaborador a una persona, no definirlo por un cálculo financiero o su productividad y humanizar así los ambientes de trabajo.”
Luego, en el primer panel Encrucijadas del mundo: Tendencias globales y el desafío del ser humano en tiempos de cambio, Mariano Asla, profesor titular de Ética e investigador de la Universidad Austral, planteó: “La tecnología forma parte de lo que somos. Por eso cuesta mucho verla en perspectiva y tiende a hacerse invisible, pero debemos tomar distancia y abrir un juicio crítico sobre ella”. En ese sentido, el consultor Marcelo Elizondo, planteó: “El nuevo escenario del mundo transforma el escenario geopolítico global pero también debilita la política fronteras adentro de los países y esto tiene que ver con las transformaciones económicas” y agregó: “Hoy las empresas ofrecen a veces más soluciones que la política: se convierten en entes superpoderosos, construyen ecosistemas y generan problemas en la política de los países”. En tanto, Alejandra Ferraro, de Accenture dijo: “La clave está en dejarle el lugar a la tecnología en lo que la tecnología tiene para aportar y nosotros seguir fortaleciendo los vínculos y la empatía en las organizaciones“. El panel lo cerró Francisco de Santibañes, presidente del Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI), quien explicó: “Cuando surge una nueva potencia se generan incertidumbre y conflictos y hoy estamos en un mundo de conflictos. Estamos ante cambios profundos en el plano internacional, a partir de que desde la década de 1970 comenzó a girar el peso económico, político y militar del mundo a Oriente”. Y agregó: “Las empresas tienen que liderar la inserción de la Argentina en el mundo a partir de la generación de riquezas, porque un país rico es un país más poderoso en el escenario global”.
El segundo panel, denominado El rostro humano de la tecnología, contó con la presencia de Pilar Manchón, directora de Estrategia de Investigación de Google AI y Gustavo Riesgo, director de PaideIA. “Respecto de los cambios que vive el mundo, lo importante es tener en cuenta que a dónde vamos es adónde queremos ir. Con la Inteligencia Artificial tenemos la oportunidad de tener una sociedad más humana. Pero para eso tenemos que tener objetivos claros y reglas que nos orienten.”, planteó Manchón y reflexionó: “El hecho de que las herramientas de IA puedan hacer muchas cosas no obsta en que nosotros debemos saber hacerlas también. Las personas le damos valor a las cosas y los mejores resultados se consiguen en la colaboración hombre-máquina, no delegando tareas a las máquinas. En esa línea, Riesgo planteó “La persona es el principio de la IA porque es la que tiene el conocimiento y es el fin porque es la que le da significado a los resultados que genera la herramienta”. Y respecto de las posibilidades del desarrollo local: “Hoy la carrera por la IA es clara, con el liderazgo de Estados Unidos y China, pero Argentina tiene capacidad en tecnología del conocimiento con capacidad intelectual exportable enorme que puede estar en las empresas”.
“Argentina tiene consenso democrático y ha logrado con este gobierno orden macroeconómico que es valorado por la sociedad. Esto le permite ponerse como objetivo triplicar el ingreso per cápita de la población, a partir de los importantes recursos que tiene”, planteó el analista Sergio Berensztein en la apertura del panel La Argentina que queremos: liderazgo, impacto, compromiso social y valores. En ese segmento, empresarios y funcionarios contaron a la audiencia el exitoso caso de Tandil, la localidad bonaerense que incorporó en su matriz económica el desarrollo de capacidades tecnológicas a partir de una alianza entre el municipio, universidad y empresas. Al respecto, Diego Dalponte, subsecretario de Vinculación y Transferencia de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires planteó: “Cuando nos recibimos como ingenieros en Sistemas no existían las empresas de desarrollo de software, pero sabíamos que eso iba a suceder. El Municipio identificó el potencial de desarrollo de esa industria y se acercó a la Universidad para implementarlo”. Luego, Matías Ibarra Jiménez, subsecretario de Innovación Tecnológica del Municipio de Tandil, señaló: “Tandil pasó de ser una ciudad de turismo por Semana Santa a ser una ciudad de conocimiento. Hoy son más de 60 las empresas que están instaladas y aumentó su población en un 36%, un crecimiento que se da por la calidad de vida y educativa altas”. Mauricio Salvatierra, de Globant, en tanto, destacó: “Cuando llegamos a Tandil comenzamos a desarrollar todo el ecosistema. Debimos enfrentar algunas resistencias al principio, pero rápidamente pudimos gestar una dinámica de cooperación con la Universidad y el Municipio. Salvatierra. Así pasamos de discutir cuestiones por separado a ponernos de acuerdo en ser una sociedad del conocimiento.” Silvia Naishtat, editora de Economía y Negocios de Clarín, moderó el panel y concluyó: “El caso Tandil tiene mucho de lo que estuvimos hablando aquí hoy: de la importancia de la cooperación y la interrelación entre las personas y las organizaciones”.
Tras el almuerzo, dialogaron el economista, Marcos Buscaglia y la filósofa Paola Delbosco en el segmento: La institución como motor de cambio: caminos hacia un desarrollo sostenible. “Las instituciones las crean los países para perpetuar algunos bienes en el tiempo”, dijo Delbosco y agregó: “La educación en democracia tiene un papel central. El mundo es plenamente humano cuando cada uno tiene un lugar”. Para Buscaglia “Hay algo en la democracia que ayuda al crecimiento económico. Nunca en una democracia hubo una hambruna, porque, en definitiva, es un sistema que reafirma toda una serie de derechos de las mayorías y las minorías, lo que permite el crecimiento y el desarrollo de las personas” y agregó: “El mundo vive una recesión democrática, un deterioro que se ve también en la región, alentado por la polarización de la gente en las redes sociales” y pidió a los empresarios “involucrarse en lo que hace el Estado para que realmente sirva a la población”. “Las instituciones importan y la sociedad civil tiene un rol importante en el debate para que se respeten la división de poderes, el derecho de propiedad y la libertad de prensa sin privilegios”.
En el último panel antes del cierre, Mario López, presidente de la Cámara Fintech Argentina y Sebastián Mocorrea, presidente de Argencon relataron el caso de las cámaras de tecnología, que aportan al desarrollo. López planteó: “La clave es la confianza. Cuando hablamos de instituciones y finanzas, el gran desafío que tiene Argentina es construir esa confianza.” En tanto, Mocorrea recordó: “Después del campo y la energía, la economía del conocimiento es la principal fuente de ingreso de divisas del país, pero en los últimos 10 años solo crecimos un 14%. Tenemos que trabajar juntos para ver cómo capturamos la oportunidad”. El segmento estuvo moderado por la economista y exministra de Relaciones Exteriores de la Nación, Diana Mondino, quien planteó: “En Argentina tenemos múltiples desafíos para desarrollar talento: el desafío del marco regulatorio, de la competitividad, pero perdemos oportunidades también porque, por ejemplo, Argentina no tiene una ley de propiedad intelectual”. En ese sentido, la exfuncionaria pidió “más cooperación entre el sector público y el privado para generar más oportunidades de desarrollo para el país e insistió con avanzar con las facilidades para registrar patentes para incentivar la innovación en el país”.