DECÍA DEWEY QUE “SI ENSEÑAMOS A LOS ESTUDIANTES DE HOY COMO ENSEÑAMOS AYER, LES ESTAMOS ROBANDO EL MAÑANA”. LO QUE ME LLEVA A CUESTIONAR Y REFLEXIONAR SOBRE MI QUEHACER PEDAGÓGICO, UNA CONSTANTE BÚSQUEDA Y REPLANTEAMIENTO DE ESTRATEGIAS Y MÉTODOS DE ENSEÑANZA QUE PERMITAN VIVIR EXPERIENCIAS CONSIDERADAS ÚNICAS Y APORTANTES PARA MIS ESTUDIANTES, QUE PUEDAN SER CAPACES DE CAPTAR SU ATENCIÓN Y AUMENTAR SU MOTIVACIÓN PARA EL APRENDIZAJE.
Enseñar es una pasión, pero también implica un desafío, un desafío que me obliga a hacerle frente a todo lo nuevo, lo desconocido, lo amenazante. Salir de mi zona de comodidad para empezar a diseñar estrategias de enseñanza y aprendizaje diferentes cada día, porque cada que entro a un aula de clase, es una aventura imperdible. Mi pasión por enseñar me hace adquirir una responsabilidad social como maestro, utilizar todos los medios disponibles, y me obliga a considerar las características de los destinatarios y no sólo los rasgos propios del cuerpo de conocimiento a transmitir. Es decir, que la enseñanza no me exime de la responsabilidad sobre el aprendizaje de mis estudiantes, sino que me ayuda a dirigir mis mejores y mayores esfuerzos. Esta pasión que se desborda y que hace que mi vida gire en torno, precisamente a ella; educación, enseñanza, aprendizaje, procesos de académicos, material didáctico, proyectos educativos, participación etc. es todo lo que da forma y construye a diario mi vocación. Para mi enseñar con pasión, es adaptarme a los diferentes contextos y resignificar conceptos ligados a sus formas de actuación y procedimiento a lo largo de todos los tiempos. La constante búsqueda y actualización de saberes me permite reflexionar sobre la enseñanza y aprendizaje pues las diferentes teorizaciones pedagógicas conducen a concepciones y posicionamientos diversos frente a estas prácticas ya establecidas. De este modo, considero una tarea apremiante que yo como maestro, en los tiempos que corren tenga como bandera la regla de aprender a aprender y a desaprende al mismo tiempo. Enseñar es lograr canalizar y discernir la cantidad tan grande de información actual y lograr en que cada momento saber cómo aprender y como volver a aprender, puesto que todo es cambiante. Porque esta pasión me concientiza de que la enseñanza debe de estar orientada hacia un aprendizaje significativo, reflexivo, crítico. Cambiar paradigmas educativos que sobrepasen los cánones, los programas curriculares basados en conocimientos enciclopédicos centrados solo en la transmisión de conocimiento. El alimento de esta pasión está en el diseño constante de nuevas estrategias y formas de aprendizaje, pero sobre todo está en no perder la capacidad de aprender algo nuevo cada que salga de una clase con mis estudiantes.
Rubén Darío Reyes
Director de eventos académicos del Instituto Cultural Iberoamericano.
Profesor de Lengua Castellana y Literatura Gestor Cultural. Escribe artículos sobre Literatura y Educación y especialista en prueba saber ICFES