LA EXPECTATIVA DE VIDA CRECE, PERO HAY UNA “GRAN INEQUIDAD” EN LA LONGEVIDAD ENTRE DIFERENTES GRUPOS SOCIALES, ADVIERTE LA OMS, EN LA DÉCADA DEL ENVEJECIMIENTO SALUDABLE.
Las infecciones respiratorias son las de mayor impacto en edades avanzadas, no solo porque ponen en riesgo la vida, sino porque afectan el funcionamiento del organismo incluso después de superarlas.
Una revisión de 155 estudios científicos encontró que las infecciones por influenza y COVID aumentaban el riesgo de ataque cardíaco o ACV entre tres y cinco veces en las semanas posteriores a la infección inicial.
El acceso a vacunas esenciales contribuye a la equidad en salud.
La posibilidad de vivir más tiempo es uno de los logros colectivos más extraordinarios, destaca el plan para la Década del Envejecimiento Saludable (2020-2030) de la Organización Mundial de la Salud (OMS)[1] que, no obstante, señala que en la actualidad existe una “gran inequidad” en la longevidad en función de los grupos sociales y económicos a los que se pertenece. Entre los lineamientos para mejorar la vida de las personas a medida que envejecen, incluye el acceso a vacunas esenciales.
“Brindan protección contra enfermedades infecciosas, están disponibles y son eficaces y seguras”, subraya en la misma línea el Manual de Autocuidado de la Persona Mayor en la Década del Envejecimiento Saludable, elaborado por el Ministerio de Salud de la Nación.[2]
“La vacunación ha demostrado en el último siglo y medio la importancia que tiene como un modificador en la expectativa y calidad de vida”, explicó Inés Morend, especialista en medicina interna, terapia intensiva y nueva longevidad.
“Adquirir vacunas en los momentos de mayor vulnerabilidad inmunológica -en los primeros cinco años de vida y luego de los 50- favorece la generación de anticuerpos frente a enfermedades que deterioran la calidad de vida y nos asegura que si tomamos contacto con esas enfermedades no perderemos calidad de vida ni las chances de sobrevida”, añadió Morend, que fue una de las expositoras en la 3era edición del ciclo Caminando el Futuro, organizado por CSL Seqirus, que tuvo a la nueva longevidad como uno de sus ejes centrales.
Las infecciones respiratorias son las de mayor impacto en edades avanzadas, no solo porque ponen en riesgo la vida, sino porque afectan el funcionamiento del organismo incluso después de superarlas, advirtió Morend, ya que “a medida que avanza la edad, disminuye la calidad del sistema de defensa de las mucosas del aparato respiratorio“. “Disminuyen la saturación de oxígeno y provocan sufrimiento celular. El cuerpo prioriza el oxígeno para los órganos nobles, como el corazón, pulmones, cerebro, y se lo resta al músculo y al aparato digestivo. Por eso, después de una infección respiratoria, muchas personas mayores quedan más débiles o frágiles“, continuó.
Una revisión de 155 estudios científicos publicada a fines de octubre en el Journal of the American Heart Association (la revista de la Asociación Estadounidense del Corazón) arrojó que que las infecciones por influenza y COVID multiplican entre tres y cinco veces el riesgo de infarto o ataque cerebrovascular (ACV) en las semanas posteriores a la infección. [3]
Los investigadores concluyeron que aumentar las tasas de vacunación contra la gripe, la COVID-19 y el herpes zóster tiene el potencial de disminuir la tasa general de infartos y ACV. De hecho, una revisión de evidencia previa mostró un 34% menos de eventos cardiovasculares graves entre quienes recibieron la vacuna antigripal en comparación con los no vacunados.[4]
En ese sentido, Morend enfatizó que el compromiso de los equipos de salud con la vacunación en esta etapa de la vida es esencial. “Los médicos que atendemos pacientes adultos, sobre todo mayores de 50 o 60 años, tenemos que tener como prioridad la vacunación antigripal y de neumonía. Así como tomamos la presión, debemos indicar la vacunación”.
En Argentina, la vacuna antigripal está incluida en el Calendario Nacional, por lo que se aplica en forma gratuita a población priorizada, entre los que se incluyen los mayores de 65 y los menores de esa edad con factores de riesgo con el objetivo de reducir las complicaciones, hospitalizaciones y la muerte. Para las personas mayores de 65 años, el Calendario Nacional incluye la vacuna antigripal adyuvantada, diseñada para generar una respuesta inmunológica más robusta en esta etapa de la vida. Además, a partir de la temporada 2025, esta misma formulación también está disponible en el ámbito privado para personas mayores de 50 años.
En lo que va del año, hasta la semana epidemiológica 42, se registraron 210 fallecidos con diagnóstico de influenza, frente a 179 en el mismo período de 2024, lo que representa un aumento superior al 17%. [5][6]
Hacia un envejecimiento saludable
El número de personas que tienen 60 años o más y la proporción que suponen dentro de la población general no dejan de aumentar, destaca el documento de la OMS, que estima que para 2050 habrá más del doble de mayores de 60 años que niños menores de 5 años.[7]
“Pero expectativa de vida no es expectativa de salud“, diferenció Morend y subrayó que es “importante tomar conciencia de que podemos envejecer saludablemente”.
¿Cómo? Según la médica, la vacunación es uno de los cuatro pilares fundamentales para aspirar a vivir más y mejor, junto con una alimentación saludable, el ejercicio físico y los vínculos sociales. Otras medidas que demostraron tener impacto en la salud integral son no fumar, evitar o limitar el consumo de alcohol, mantener controlados los valores de presión arterial, glucemia y lípidos, un sueño de calidad y el manejo del estrés.
“Pero a eso hay que sumarle la vacunación: nuestro país tiene uno de los mejores calendarios del mundo, y está demostrado que la vacunación de la gripe y de la neumonía previene en un 20% la posibilidad de que una persona tenga demencia si está vacunada”, ejemplificó Morend.
Frente a los adultos mayores que dudan, la médica responde con claridad: “Les pregunto si alguna vez dudaron de vacunar a sus hijos contra la polio o la meningitis. La respuesta siempre es no. Entonces, ¿por qué dudar de una herramienta que mejora su calidad de vida? No conozco un paciente adulto mayor que no le importe cómo va a vivir los próximos años. Todos buscamos lo mismo: calidad de vida, autonomía, independencia y reserva cognitiva. Si quiero todo eso, me tengo que vacunar para gripe y neumonía, que son gratuitas y están en calendario”.
Y concluyó: “En el consultorio siempre les explico que yo no dudaría de la vacuna, temería no estar vacunada en el contexto de una infección”.
Quiénes deben vacunarse
La vacuna antigripal previene cada año millones de enfermedades y consultas al médico relacionadas con esta infección. Durante las temporadas en las cuales los virus de la vacuna coinciden con los virus en circulación, se ha demostrado que reduce el riesgo de tener que consultar al médico por influenza entre un 40 y un 60%. [8]
Toda persona mayor de 6 meses puede recibir la vacuna antigripal según criterio de su médico tratante y el Calendario Nacional de Vacunación la incluye de forma obligatoria y gratuita para los siguientes grupos: mayores de 65 años, personal de salud, embarazadas (en cualquier trimestre de la gestación, para proteger a la madre y al bebe durante sus primeros meses), puérperas hasta 10 días posteriores al parto (sino la recibieron durante el embarazo), niños de 6 a 24 meses (2 dosis solo para aquellos que la reciban por primera vez) y personas que acrediten factores de riesgo como: obesidad, diabetes, enfermedades respiratorias, cardíacas, inmunodeficiencias congénitas o adquiridas, enfermedad oncohematológica, trasplante y/o personas con insuficiencia renal crónica en diálisis, entre otros.
[1] Organización Mundial de la Salud. Década del Envejecimiento Saludabl. Disponible en: https://www.who.int/es/publications/m/item/decade-of-healthy-ageing-plan-of-action
[2] Ministerio de Salud de Argentina. Manual de Autocuidado de la Persona Mayor en la Década del Envejecimiento Saludable: Disponible en: https://www.argentina.gob.ar/sites/default/files/2017/03/manual_de_autocuidados_persona_mayor_2022.pdf
[3] Journal of the American Heart Association. Viral Infections and Risk of Cardiovascular Disease: Systematic Review and Meta‐Analysis. Disponible en: https://www.ahajournals.org/doi/10.1161/JAHA.125.042670
[4] JAMA Network. Association of Influenza Vaccination With Cardiovascular Risk. Disponible en: https://jamanetwork.com/journals/jamanetworkopen/fullarticle/2791733
[5] Dirección Nacional de Epidemiología. Boletín Epidemiológico Nacional N°779, SE 42, Año 2025. Disponible en: https://www.argentina.gob.ar/sites/default/files/2025/01/ben_779_se_42_vf.pdf
[6] Dirección Nacional de Epidemiología. BOLETÍN EPIDEMIOLÓGICO NACIONAL N°727, SE 42, AÑO 2024. Disponible: https://www.argentina.gob.ar/sites/default/files/2024/04/ben-727-se_42.pdf
[7] World Population Prospects 2022: Summary of Results. Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de Naciones Unidas, División de Población; 2022.Disponible en: https://www.un.org/development/desa/pd/sites/www.un.org.development.desa.pd/files/wpp2022_summary_of_results.pdf
[8] Centers for Disease Control and Prevention (CDC). Beneficios de la vacuna contra la gripe Disponible en: https://www.cdc.gov/flu-vaccines-work/benefits/index.html

