Mi cuerpo, frágil cristal entre tus manos, /
se estremece cuando enciendes mi fuego /
y mi pasión explotas en la delicia /
de nuestro encuentro placentero. /
¡Acércate despacio, amado mío! /
Tu tacto, boca, ojos, vientre, /
tu placebo, ya conocen mi figura, /
me tocas desde siempre, /
desde los recuerdos de tu deseo. /
Despiértate conmigo, muy cerquita, /
desata mi furor, sacia mi agonía, /
juntos ocuparemos los insomnios /
que nos resta la vida, /
embriagándonos de amor, /
extasiado placer, pasión desmedida. /
® Oralia López Serrano.