Mariel y Germán
a pescar en el puente juegan
todas las tardes, esas
de verano donde el sol
entre el bosque y el arroyo
deja huella.
Puente que cruza
el agua clara
de ese arroyo
que marcados deja
en tardes bonitas
fugaces momentos
con puertas a historias
y a fantasías
que corren, saltan
y pescan.
El atardecer los sorprende
dibujando en sus cuerpos
el olor a tierra,
su mamá los llama
¡Ya a la bañadera!
El día termina
con los dibujitos
y la intensa ansia
de vivir otro día de niñez,
donde el mundo para divertirse
es un planeta de utopía.
Autor: Ezequiel Cámara (Poeta, escritor y profesor de letras)