La rinoplastia: entre la medicina, la empatía y las redes sociales

La rinoplastia, conocida como “cirugía de la nariz”, es uno de los procedimientos quirúrgicos más demandados a nivel global. Inicialmente enfocada en aspectos médicos y reconstructivos, hoy día está influenciada por factores estéticos, sociales y psicológicos. Este procedimiento afecta tanto la apariencia física como la percepción personal y social.

La rinoplastia tiene aplicaciones más allá de lo estético. Muchas personas recurren a este procedimiento para solucionar problemas funcionales como la desviación del tabique nasal, que dificulta la respiración, o para corregir deformidades congénitas o traumáticas. Los avances en técnicas quirúrgicas han reducido su invasividad, acortando los tiempos de recuperación y logrando resultados naturales.

Es fundamental que los pacientes comprendan que toda cirugía conlleva riesgos. Por ello, una evaluación integral por parte del cirujano es clave para determinar la viabilidad y establecer expectativas realistas.

El deseo de cambiar la apariencia de la nariz está vinculado a factores emocionales y sociales. Muchos pacientes enfrentan inseguridades que pueden haberse acentuado por comentarios externos o comparaciones. Aquí es crucial la empatía del cirujano.

Un profesional comprometido evalúa no solo las necesidades médicas del paciente, sino también su salud mental y emocional. Explorar las motivaciones detrás de la decisión y garantizar que no esté impulsada exclusivamente por presiones sociales es vital. En algunos casos, puede ser beneficioso recomendar apoyo psicológico antes de proceder con la cirugía.

El papel de las redes sociales
Las redes sociales han amplificado el interés por la rinoplastia. Influencers y celebridades comparten sus experiencias personales y resultados quirúrgicos, llenando plataformas como Instagram y TikTok de “antes y después”. Esto genera expectativas a menudo irreales sobre los resultados y el proceso de recuperación.

Por un lado, este fenómeno ha desestigmatizado la cirugía estética, permitiendo hablar más abiertamente sobre estas decisiones. Por otro, ha incrementado la presión para cumplir con estándares de belleza, lo que puede llevar a decisiones impulsivas.

En Argentina, la rinoplastia se encuentra entre las cirugías estéticas más solicitadas. Según la Sociedad Argentina de Cirugía Plástica, Estética y Reparadora (SACPER), en 2019 se realizaron más de un millón de procedimientos estéticos, de los cuales 461.589 fueron quirúrgicos y 554.929 no quirúrgicos. Aunque no hay cifras exactas para la rinoplastia, se estima que representa una parte significativa de las cirugías faciales.

La mayoría de los procedimientos estéticos en Argentina son realizados por mujeres (86,2%), mientras que los hombres representan el 13,8%. Esto refleja una tendencia global, donde la rinoplastia es especialmente popular entre mujeres jóvenes.

La rinoplastia no debe considerarse una solución mágica para problemas de autoestima. Es esencial abordar este procedimiento desde una perspectiva integral, combinando el conocimiento médico, la empatía y un análisis crítico de las influencias externas como las redes sociales.

Antes de someterse a una rinoplastia, los pacientes deben informarse adecuadamente, reflexionar sobre sus motivaciones y buscar profesionales que prioricen su bienestar integral. La belleza es subjetiva, pero la salud física y emocional siempre debe ser la prioridad.

Dra. Johanna Furlan – cirujana, especialista en medicina estética. MN122.975 – IG @drajohannafurlangraf