La Oftalmología en estado de alerta y degradación

AL FINALIZAR EL MALOGRADO GOBIERNO DE ALBERTO FERNÁNDEZ EN UN PORMENORIZADO ANÁLISIS CONCLUIMOS QUE LA OFTALMOLOGÍA ESTABA ATRASADA EN LOS VALORES PARA CUBRIR LOS COSTOS EN UN 178%. ESTA SITUACIÓN A PESAR DE APARENTES RECOMPOSICIONES SE AGRAVÓ. EL INCREMENTO EN LOS COSTOS SUPERA POR LEJOS LA POSIBILIDAD DE INCREMENTAR LOS INGRESOS DE LAS CLÍNICAS, INSTITUTOS Y CONSULTORIOS DONDE SE DESARROLLA OFTALMOLOGÍA. EN EL CASO DE NUESTRO PAÍS, TODAVÍA DEL PRIMER MUNDO.

Los procesos inflacionarios y los programas para contener o combatir la inflación traen aparejados daños colaterales o directos como la distorsión de los precios relativos. La corrección de estas distorciones son mucho más difíciles en mercados con sesgos de cartelización o concentraciones corporativas.

En el sector salud, este fenómeno que traducido significa que se pierde relación en los costos comparativos de cada bien o servicio. Por ejemplo, en Argentina y hace rato la visita de un plomero de rutina para revisar un calefactor cuesta tres veces más que la consulta abonada al oftalmólogo por cualquiera de las principales prepagas u obras sociales del sistema. Subrayando que el servicio del gasista, técnico o plomero se abona de contado y en el caso del oftalmólogo lo percibe a los 120 días promedio de realizado el acto médico lo cual reduce aún más lo percibido, al considerar el valor del dinero en el tiempo.

La estructura de costos de las organizaciones que desarrollan oftalmología es permeable a cambios en el tipo de cambio ya que prácticamente la totalidad de los insumos y equipos son importados. Otro ítem que modifica dicha estructura es la inflación por los bienes y servicios necesarios locales. De la misma manera que las paritarias que impactan sobre la masa salarial de los empleados enmarcados en el convenio colectivo de sanidad. En el primer ítem las variaciones no sólo se adjudican al tipo de cambio sino también a un fenómeno nuevo que es la inflación en dólares. En el caso de la oftalmología en general los precios de los insumos aumentaron por encima del 30% en el primer trimestre y en algunos casos específicos de insumos determinados más del 65% y hasta el 100% en algunos casos.

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El componente inflacionario interno, si hablamos de una inflación interanual se eleva al 60% y en lo referido al sector salud específicamente el 76%. En el caso de las actualizaciones paritarias si bien el gremio de la sanidad está atrasado con respecto al resto de los gremios, el impacto en la estructura de costos supera el 63%. Hasta abril de este año el tipo de cambio operado por proveedores era a valor blue que luego de la devaluación del 20% a comienzos del mandato del actual ejecutivo se incremetó en más del 30%. Por ende, el tipo de cambio impacto sobre los costos en un 56%.

Desde la Cámara de medicina oftalmológica (CAMEOF) ya desde el 2020 se elaboró un coeficiente que permite actualizar estas variaciones de acuerdo con la participación o ponderación de estas variables en una estructura de costos tipo que fue construida en un estudio multicéntrico recopilando información sobre 95 instituciones que concentran el 75% de las prestaciones de alta complejidad en oftalmología de todo el país.

Este coeficiente que en su momento junto al Consejo Argentino de Oftalmología denominamos K. Esta estimado de la siguiente manera K = (0,4 * Variación del tipo de cambio + 0,3 * Variación de la inflación + 0,3 * Variación de paritarias de la sanidad).

El coeficiente para el período de abril del 2024 a abril 2025 es de K=65,7%. En contrapartida el promedio de las actualizaciones de aranceles que las prepagas trasladaron a los prestadores oftalmológicos no supera el 38%, en el caso de las obras sociales es menor y en los referido a Obras Sociales estatales muchos menos.

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Por ende, la asimetría debido a un crecimiento geométrico de las variables que afectan la estructura de costos de las organizaciones contra un crecimiento aritmético de los ingresos en virtud de actualizaciones tardías y por debajo incluso del IPC al consumidor, profundizan la crisis que se arrastra de otros procesos, pero se pronuncia en este momento en el sector salud.

La verificación de lo que describimos con números propios de la oftalmología, especialidad que implica inversiones millonarias en equipamiento para realizar desde los actos médicos más básicos hasta la alta complejidad tanto en diagnóstico como en términos quirúrgicos. Se cristaliza en la situación general de los prestadores de salud. Vale recordar que en el país mas de 4200 instituciones tienen una deuda previsional e impositiva que supera los 20 años de antigüedad.

La pregunta es ¿por qué este número desopilante de instituciones deben esa magnitud de obligaciones? Y a la respuesta es que los valores de las prestaciones no cubren los costos. Por ende, esas deudas insostenibles y diría incobrables denotan un sistema con precios artificiales que no permiten ni siquiera pagar los impuestos para poder funcionar. Con el agravante de que esas deudas previsionales perjudican en particular a los trabajadores que no tienen hechos los aportes para jubilarse y al sistema previsional en general porque lo siguen desfinanciando.

El sistema se salud en la Argentina es muy complejo eso lo sabemos de antemano, pero necesitamos soluciones inmediatas que no se reducen a anuncios altisonantes de desregulación de un sistema que concentra asimétricamente a quienes recaudan el dinero y por el otro lado a quienes ejecutan los actos médicos que necesita cada ciudadano.

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La expresión “La libertad de los lobos es la muerte de los corderos” de Isaiah Berlin, que se utiliza para ilustrar la idea de que una libertad ilimitada, especialmente la de aquellos con más poder, puede generar desequilibrio es sumamente aplicable a la realiad y a la estrcutura de nuestro sistema de salud.

Se debe dar un debate profundo en la búsqueda de propuestas de solución que no respondan a sesgos corporativos o sectoriales, convocando a todos los protagonistas que intervienen en la salud y que integren fundamentalmente la problemática de dos actores centrales claramente perjudicados, en primer lugar, los pacientes mal atendidos y postergados y a su lado los médicos saturados de trabajo, mal pagos y sin reconocimiento alguno por su labor.

Mgter. Juan M Ibarguren
Magíster en Administración de Servicios de Salud
Secretario General de CAMEOF