SE TRATA DE “AFTER-SCHOOL ALL-STARS”, UNA INSTITUCIÓN BENÉFICA EN LOS ÁNGELES, QUE BRINDA PROGRAMAS EXTRACURRICULARES A NIÑOS DE BAJOS RECURSOS. DESDE HACE VARIOS AÑOS, EL ARTISTA ARGENTINO DONA OBRAS PARA LAS SUBASTAS QUE EFECTÚA A SU AMIGO SCHWARZENEGGER.
“Nadie es profeta en su tierra” es el mejor refrán popular le sienta a Fabián Pérez, el artista plástico argentino reside y posee su atelier desde hace tres décadas en una propiedad de Los Ángeles y su galería de arte en el famoso Melrose Art District.
Desde esa metrópoli norteamericana bendecida por el buen clima, las playas de película, los estudios de cine, las tiendas de lujo y los barrios de mansiones, el oriundo de la ciudad argentina de Campana retrata a las celebridades influyentes y poderosas, organiza exposiciones en las mejores galerías del mundo, escribe libros de arte (ya posee cuatro), gesta esculturas y hasta le dedica tiempo a las causas benéficas.
“Conquistar Los Ángeles fue un hecho importante en mi vida. Quizá algún día volveré a repatriarme. Cuando llegué a esta ciudad hace casi 30 años, se veía una ciudad dura y muy difícil. Tiene sus defectos como todas las grandes ciudades. Hay mucha competencia, pero es donde las cosas pasan”, afirma el artista.
Además de su labor artística, Fabián Pérez tiene un alto compromiso con las causas benéficas. Sobre todo, con After-School All-Stars, una fundación de Arnold Schwarzenegger que brinda programas extracurriculares a niños de bajos recursos. “Arnold organiza un evento anual en su casa. Se trata de un remate benéfico de diferentes objetos. Desde su auto Hammer, pasando por la moto que usó en ‘Terminator’, hasta la indumentaria que utilizó en otros largometrajes. También hay gente que contribuye con objetos de mucho valor, como relojes y autos de alta gama”, relata Fabián.
Desde hace varios años, el artista argentino dona obras para las subastas que efectúa su amigo Schwarzenegger. El último año pinté un retrato de Messi. Leo no pudo concurrir. Pero envié el retrato a Miami. Él, lo firmó y lo mandó de vuelta. Hicimos el remate, vendiendo la obra alrededor de los 200 mil dólares”, recuerda agregando que esa noche se recaudó un total de US$ 7 millones.
Por cierto, Pérez efectúa la actividad benéfica con sumo placer, porque “la recaudación sirve para ayudar a muchos chicos de bajos recursos que, al terminar el horario escolar, pueden aprender oficios que les sirva para afrontar la vida en la adultez. Desde peluquería y pintura, hasta deportes o cualquier actividad que los mantenga ocupado”.
A los 57 años, el destacado artista siente que ha cumplido con casi todos sus sueños. “Nunca esperé llegar adonde llegué. Estando en Campana, jamás pensé en poder vivir de la pintura. Lo aprendí recién cuando emigré de Argentina y estuve en Europa. En verdad, me gustaría contribuir en el arte de otra manera. Actualmente, está todo muy confuso. La pintura es muy ambigua. Me gustaría colaborar en el mundo en el que me muevo. Por eso, inventé mi estilo, llamado Neo-Emocionalismo. Desde ahí, pongo un poco de pautas para tratar de encarrilar a la gente que no sabe para dónde arrancar. Percibo que los museos están orientándolos mal a través del arte moderno que no demuestra una habilidad única. Quiero que la gente vuelva a darse cuenta por sí sola, qué es y no es arte. Por eso, en mi libro digo que el arte es expresión a través de una técnica extraordinaria”, finaliza Fabián Pérez.
Para saber más del artista plástico, visitar la web www.fabianperez.com o ingresar al Instagram @fabianperezartist.official