La evolución de la mamografía: imágenes 3D, inteligencia artificial y el uso de contraste para un mejor diagnóstico

Es la principal herramienta para la detección temprana de los tumores mamarios y tiene una incidencia directa en la reducción de la mortalidad. Entre los últimos avances disponibles en Argentina se destacan la tomosíntesis, que brinda una evaluación más precisa y personalizada, el uso de IA como soporte de decisión para el médico y la creciente utilización de contraste para el diagnóstico mamario.

En el Día Mundial del Cáncer de Mama, que se conmemora este sábado 19 de octubre por iniciativa de la Organización Mundial de la Salud (OMS), los dos pilares imprescindibles de todas las campañas de concientización son la prevención y la detección temprana. Y en todas ellas, se reitera como un mantra la importancia de la mamografía anual, la principal herramienta de detección para este tipo de tumores, que son los más frecuentes en la Argentina y, por lejos, los que más afectan a las mujeres.

Hablar de mamografías hoy no es lo mismo que hace apenas unos años, debido a los avances tecnológicos que se vienen aplicando para optimizar la eficacia de estos estudios. “Ha mejorado significativamente, especialmente con la evolución de tecnologías avanzadas de adquisición de imágenes y de postproceso. Un hito importante ha sido la transición de la mamografía analógica a la digital que sucedió en los últimos 25 años y, más recientemente, la mamografía 3D o tomosíntesis que suministra una nueva tecnología de adquisición, que fue certificada por la FDA (Estados Unidos) y la Unión Europea hace más de 10 años para tamizaje y diagnóstico”, explica el doctor Daniel Mysler (MN 72638), jefe del Departamento de Diagnóstico por Imágenes del Instituto Alexander Fleming (IAF).

El experto agrega que hubo también otros puntos de desarrollo más recientes: “En los últimos 5 años a toda esta evolución tecnológica se le suma la inteligencia artificial (IA) como soporte independiente para el tamizaje y diagnóstico, colaborando con el médico especialista en imágenes. Y recientemente se ha incorporado al portafolio de la mamografía la adición de contraste que permite una evaluación funcional del tejido mamaria”.

La llegada de la inteligencia artificial a este tipo de estudios genera un cambio integral, similar al que se está experimentando en todos los campos de la medicina. Su aplicación en el análisis y cotejo de datos clínicos puede proporcionar evaluaciones de riesgo más precisas y personalizadas. La IA se ha integrado en el proceso de análisis de imágenes, ayudando a los médicos especialistas a identificar áreas sospechosas con mayor precisión y rapidez, lo que puede derivar en diagnósticos más tempranos.

“Los algoritmos de IA también colaboran en múltiples áreas del diagnóstico como elaboración de reportes prioritarios en pacientes urgentes, reducción del tiempo de ejecución de los exámenes, mejoramiento en la calidad de las imágenes y el flujo de trabajo, optimización del uso del contraste, reducción de errores producto del trabajo rutinario y elaboración de reportes automáticos, entre otros”, detalla el experto del IAF.

Las ventajas de la tomosíntesis
La tomosíntesis o mamografía 3D genera imágenes tridimensionales del tejido mamario mejorando la detección especialmente de nódulos y asimetrías en mamas densas. Esto se debe a que reduce la superposición de estructuras permitiendo a los médicos radiólogos detectar y categorizar lesiones que podrían pasar inadvertidas en los estudios habituales, que se realizan a partir de imágenes bidimensionales.

¿Qué ventajas ofrece respecto de la mamografía tradicional? “Con la tomosíntesis se pueden identificar mejor las lesiones en mamas densas, que anteriormente representaban un desafío. Es una técnica con aplicación creciente en nuestro país, que ha mejorado la detección del cáncer de mama. En Argentina su implementación varía en función de factores como la ubicación geográfica y los recursos disponibles. La inversión inicial en equipos de tomosíntesis puede ser alta, lo que puede limitar su incorporación masiva en instituciones de salud”, explica el doctor Mysler.

Otra ventaja de este estudio es la “reducción de falsos positivos del tamizaje y la consecuente disminución de biopsias innecesarias y seguimientos adicionales”, suma el especialista del Instituto Alexander Fleming, institución que recientemente ha incorporado un equipo de última tecnología con capacidad de biopsia por este método.

“La tomosíntesis tiene el potencial de mejorar la detección temprana del cáncer de mama en Argentina, pero su accesibilidad y uso generalizado aún enfrentan desafíos. Continuar promoviendo su implementación y asegurar que las mujeres tengan acceso a esta tecnología será crucial para mejorar los resultados en la salud mamaria”, advierte el doctor Mysler.

El impacto de la mamografía en la reducción de la mortalidad
En la Argentina se detectan anualmente más de 22 mil nuevos casos de cáncer de mama, la cifra más alta para cualquier tipo de tumor en el país, según los últimos datos publicados por el Ministerio de Salud de la Nación. En 2022, el último año del que se tiene registro oficial, fallecieron a causa de la enfermedad 5.750 mujeres, pero las estadísticas arrojan un dato alentador: la tasa de mortalidad ajustada por edad tuvo un descenso constante y significativo en las últimas dos décadas, a un ritmo de un 1% anual.

“Tanto los avances en los tratamientos como el diagnóstico precoz han logrado esta disminución. En los últimos años se han desarrollado y aprobado drogas que han demostrado mejorar la sobrevida de aquellas pacientes que son diagnosticadas en estadios tempranos y también prolongar la sobrevida en pacientes que ya han desarrollado metástasis”, cuenta la doctora Verónica Fabiano (MN 122874), médica Ginecóloga y Mastóloga del IAF.

En ese sentido, la especialista plantea que, más allá de los relevantes desarrollos a nivel terapéutico, el diagnóstico sigue siendo el objetivo de todas las campañas de concientización sobre esta enfermedad. “La mamografía es un estudio de baja complejidad, con buena tolerancia por parte de las pacientes y que ha demostrado disminuir la mortalidad al poder encontrar tumores pequeños, antes de que sean palpables”, destaca. Diversos estudios internacionales muestran que cuando esta patología se diagnostica en estadios tempranos (I o II), la tasa de supervivencia a cinco años puede superar el 90%. Esto se debe a que permite determinar el tipo de tratamiento más adecuado, abriendo la puerta a opciones menos invasivas en relación con el tipo de cirugía, radioterapia y/o quimioterapia, y a la vez reduce el impacto psicológico, lo que mejora la calidad de vida de las pacientes.

“Según las recomendaciones de la Sociedad Argentina de Mastología y en concordancia con otras guías internacionales, las pacientes que no tengan antecedentes familiares de importancia deberían realizar una mamografía de base a los 35 años y luego continuar con una mamografía anual a partir de los 40 años. En general, dado que las pacientes jóvenes tienen mamas densas, este estudio suele acompañarse con una ecografía”,explica la doctora Fabiano. “En el caso de pacientes que tengan antecedentes familiares, se recomienda consultar con su mastólogo/a de cabecera para establecer la mejor estrategia. En algunas situaciones se recomienda comenzar antes o incluso realizar otro tipo de estudio como por ejemplo una resonancia”, agrega. Por eso es importante que cada mujer consulte con su médico sobre su situación particular para determinar el mejor plan de detección.

A pesar de las recurrentes campañas de difusión y concientización, muchas veces hay “errores no forzados” que llevan a postergar o discontinúan los controles. “Las mujeres tienden muchas veces a poner por delante otras prioridades antes que su salud. La salud de otros miembros de la familia, hijos, padres, parejas antes que la propia. Yo suelo recomendar elegir un mes del año para dedicarse a realizar sus consultas. Puede ser el mes del cumpleaños o luego de que los hijos comiencen las clases. Alguna fecha significativa que se recuerde con facilidad. Por otro lado, no es tan infrecuente que las pacientes crean que la ecografía suplanta a la mamografía. Y esto es erróneo: la ecografía es complementario, pero no la reemplaza. La mamografía es el método de imágenes que logró reducir la mortalidad”, concluye la experta del Instituto Alexander Fleming, en el marco de un nuevo Día Mundial del Cáncer de Mama.