Lidherma presenta los puntos necesarios para desarrollar un diagnóstico simple, fácil y preciso.
El cuidado dermocosmético dejó de ser un asunto estético para convertirse en una cuestión de salud. La barrera cutánea es la primera defensa del cuerpo contra los gérmenes del exterior, y su integridad es vital para nuestro bienestar general. Sin embargo, todas las pieles son distintas y todas las personas requieren soluciones que respondan a sus necesidades específicas.
La clave para lograrlo comienza con un paso esencial: conocer tu piel. Entender sus características particulares es fundamental para elegir los productos adecuados que maximicen los resultados de una rutina más efectiva y consciente.
Según Karla Vasconcel, técnica cosmiatra y capacitadora de Lidherma, hay cuatro factores clave que debemos tener en cuenta para crear una rutina acorde a nuestras necesidades. En primer lugar, es importante analizar el estado de nuestra piel, ya que no es estática, sino que atraviesa cambios constantemente. Durante etapas como el embarazo o la lactancia, por ejemplo, las alteraciones hormonales pueden generar manchas, sequedad o sensibilidad. Identificar estos momentos es crucial para ajustar los productos que usás.
Otro aspecto clave es la geolocalización. El clima, la calidad del aire y la exposición solar son factores determinantes. Los índices UV, de humedad y de polución varían dependiendo de la ubicación y producen efectos distintos, lo que hace necesario ajustar la rutina en función del entorno.
A su vez, nuestra edad y tipo de piel también juegan un rol fundamental. La epidermis es un órgano dinámico que evoluciona a lo largo de la vida, atravesando distintos niveles de elasticidad e hidratación. Conocer si se tiene un cutis seco, graso o mixto es indispensable para entender la atención que se le debe dar.
Las preocupaciones específicas completan la ecuación del cuidado personalizado. Arrugas o líneas de expresión, sensibilidad, manchas, poros, acné y deshidratación, son algunos de los problemas más comunes. Conocerlos permite elegir activos que ayuden a tratarlos de manera eficaz y lograr mejores resultados.
Hoy en día existen herramientas digitales de autodiagnóstico que se posicionan como aliados innovadores. Proporcionan resultados personalizados que permiten a los usuarios identificar qué productos específicos pueden ayudarles a mejorar su rutina de cuidado y la salud de su piel. Por ejemplo, Lidherma Skin Test es un instrumento de autodiagnóstico, desarrollado por expertos, que permite a los usuarios obtener en pocos minutos un análisis sencillo desde la comodidad de nuestra casa.
A través de un breve cuestionario, el material digital interactivo ayuda a reconocer las necesidades específicas de cada uno, haciendo del proceso algo simple y accesible. Esta herramienta permite abordar el cuidado cutáneo de manera más consciente, adaptando las rutinas a lo que realmente necesita cada persona.
Entender tu piel es el primer paso para cuidarla. Con un diagnóstico adecuado y herramientas innovadoras, lograr una rutina efectiva y simple es más fácil que nunca.