Cáritas Argentina sigue trabajando diariamente en la asistencia y promoción de los más necesitados. Desde el inicio de la pandemia, en marzo de este año ha entregado alimentos y elementos de higiene a más de 2.500.000 personas, duplicando así la asistencia que brindaba a comunidades necesitadas de todo el país.
Además de ayuda material, Cáritas da contención humana y acompañamiento espiritual, lo cual resulta necesario en un contexto como el actual, donde la prolongación del aislamiento y el distanciamiento social están teniendo un profundo impacto psicológico y económico en nuestra sociedad.
“La complejidad de la realidad económica comenzó a escalar hasta los sectores que nunca estuvieron excluidos: pequeños comerciantes, emprendedores, profesionales, cuentapropistas. Estas familias siempre habían generado sus recursos y ahora deben vender bienes conseguidos con esfuerzo y pensar cómo levantar las deudas de un emprendimiento que estuvo parado”, señaló Juan Pablo Gasme, coordinador de Desarrollo Institucional de Cáritas Argentina. Y agregó: “Vemos con dolor el marcado crecimiento de una nueva realidad: la de las familias de barrios urbanos que tiene que salir a pedir ayuda o comida por primera vez. Y que no saben cómo hacerlo.”
Desde el comienzo de la emergencia Cáritas trabaja en torno a tres ejes estratégicos, con el fin de contener y promover a los sectores más expuestos de nuestra sociedad:
- Eje alimentario: fortalecer los servicios alimentarios y la asistencia de calle, reforzando la ayuda brindada a través de comedores, merenderos y puestos móviles en la calle. Paralelamente se multiplicaron la entrega de bolsones, viandas y kits de higiene.
- Eje sanitario: Apoyar a los sistemas de salud, creando y fortaleciendo dispositivos no hospitalarios de aislamiento para los más vulnerables.
- Eje ingresos familiares: Facilitar el acceso a las ayudas del Estado, y procurar la reactivación local de las actividades laborales.
Al mismo tiempo se formularon convocatorias a voluntarios jóvenes de todo el país para colaborar y sostener humanamente el despliegue realizado. La respuesta fue muy positiva. Los voluntarios fueron capacitados y se integraron rápidamente a la tarea, aportando su empuje y entusiasmo a la tarea.