Norte en Línea - ¿Cómo detectar al ladrón silencioso de la visión?

¿Cómo detectar al ladrón silencioso de la visión?

¿Cómo detectar al ladrón silencioso de la visión?
06 Mar
2023

Al glaucoma se lo conoce como al “ladrón silencioso”, por años va horadando el campo visual de las personas hasta que éste desaparece por completo, sumergiendo al individuo en un mar de tinieblas.

Si bien se conoce desde la antigüedad (de allí su nombre en honor a Glauco –el hijo de Nereo y la oceánida Doris -), recién en los últimos doscientos años se han dilucidado los distintos mecanismos de acción de este grupo de enfermedades que desembocan en el daño irreversible del nervio óptico.

Se estima que el 10% de la población sufre glaucoma, es decir más de 70 millones de personas en el mundo, lo que lo convierte en la segunda causa de ceguera evitable (la primera es la catarata que en el año 2010 era la responsable del 50% de las cegueras evitables, mientras que el glaucoma lo eral del 8%).

Como decíamos, el glaucoma es un grupo de afecciones que tienen en común el daño irreversible del nervio óptico. Este año se produce generalmente por el aumento de la presión ocular (aunque no necesariamente sea la causa excluyente ya que existe el “glaucoma sin presión” que parece un oxímoron, pero cada día se describen más casos donde la presiones no son tan altas generalmente se estima como normal una presión de hasta 20 mmhg). La mayor parte de los glaucomas son crónicos de ángulo abierto, que evolucionan lentamente hacia el deterioro visual. También existen los glaucomas secundarios, donde el sistema de drenaje de líquidos endoocular se ve alterado por procesos inflamatorios, estructurales, tumorales y debido a las complicaciones por las diabetes –glaucoma neovascular–.

Por último, están los glaucomas de ángulo estrecho que se da en ojos más corto –hipermétropes– y generalmente se expresa por un aumento brusco y doloroso de la presión ocular.
Como decíamos, si bien hay descripciones de cuadros compatibles con glaucoma desde la antigüedad, el estudio científico de la enfermedad comienza cuando Hermann Helmholtz (1821-1894) desarrolla el oftalmoscopio en 1851 que permite la visualización del nervio óptico y detallar el proceso de atrofia que lo compromete.

Se sabía que el ojo se ponía duro al tacto, pero era un método muy rudimentario para medir la presión hasta que Hjalmar August Schiøtz (1850-1927) utiliza el tonómetro de su invención de 1905.

Fue Hans Goldamann (1899-1991), un oftalmólogo suizo quien desarrolló un tonómetro más preciso, considerado hoy día como el “gold standard” de la medición tonométrica. Con el tiempo habría otras formas de medir la presión como el método pneumático de no contacto.

Las primeras formas de tratamiento fueron con gotas de “pilocarpina”, introducidas en 1870, que aún se prescriben para algunos casos de glaucoma y que hoy tienen otras indicaciones “refractivas” ya que como achica la pupila, aumenta la profundidad de foco y permite ver los objetos, especialmente los cercanos, con más precisión. Hoy existen muchas drogas que ayudan a bajar la presión y cuya indicación es resorte del especialista.

Desde fines del siglo pasado los distintos tipos de glaucoma se operan gracias a las técnicas iniciadas por Albrecht von Graefe (1828-1870), un distinguido oftalmólogo alemán, considerado, junto a Helmholtz, el padre de la oftalmología ya que esta es la primera especialidad que se separa de la clínica y la cirugía general. En estos doscientos años se ha evolucionado en las técnicas quirúrgicas gracias al uso de válvulas, láseres y otros procedimientos más sofisticados que permiten tener mejores resultados para la preservación de la visión.

Como toda enfermedad, el diagnóstico precoz es indispensable para preservar la mejor visión posible. Por tal razón en Argentina –y en muchas partes del mundo– la prescripción de anteojos ha quedado en manos de los médicos, porque la consulta para la refracción es una oportunidad ideal para controlar la presión ocular y revisar el fondo de ojo. Como el glaucoma está entre las primeras causas de ceguera, es indispensable hacerlo, pero también hay otras causas como el desprendimiento de retina, hipertensión y sus secuelas vasculares, diabetes, inflamaciones, malformaciones y tumores que pueden detectarse en el examen oftalmoscópico.

Sin esta oportunidad de refractar al individuo podemos perder una importante posibilidad de detectar precozmente enfermedades que amenazan la visión. Esta circunstancia no se discutía hasta que un grupo empresarial interesado en multiplicar la venta de anteojos ha empujado al gobierno de la provincia de Buenos Aires a la autorización de la prescripción de anteojos a técnicos que no son médicos, quebrando la norma ética, el que receta no vende y el que vende no receta.

Por esta razón, desde CAMEOF, Cao y la Sao además de otras sociedades científicas de la especialidad es que repudiamos esta normativa y advertimos a la población sobre esta maniobra que seguramente acarreará un deterioro de la salud visual de la población.

Al glaucoma lo detenemos con la prevención.

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