Al pensar en la alimentación, una posible pregunta es por qué comemos algunos animales, que actualmente criamos a escala industrial para este propósito, mientras que a otras especies no solo las excluimos del menú, sino que a veces las tratamos como miembros de la familia. Esto genera una disonancia cognitiva, ya que no podemos explicar, a través de nuestros valores, el permiso para explotar y matar a unos y la obligación y el deseo de cuidar a otros.