Como el invierno se encuentra a la vista, la idea del almuerzo en el escritorio parece cada vez más atractiva, considerando, además que las restricciones continúan. Nadie quiere llevar su sándwich al parque cuando está helando, e incluso caminar hasta el café local puede parecer demasiado cuando hay viento y lluvia.
Pero, ¿hay una forma correcta y una incorrecta de comer en el escritorio? Absolutamente no, aseguran los expertos. Esencialmente porque creen que es preciso sacar a la gente de la rueda de hámster del trabajo continuo. No es bueno para ellos y no es bueno para la organización. Toda la investigación muestra que las personas trabajan de manera más eficaz si se toman descansos.
Cuando las empresas deciden que todo el team se concentre en el mismo horario y lugar para almorzar, se logra un efecto enormemente beneficioso. Se logra hablar con personas con las que normalmente no se haría. Aumenta la comunicación y, en general, mejora la eficacia de una organización. Es un movimiento profesional inteligente. Es bueno para la satisfacción laboral, el desempeño, la promoción… ¿Por qué? Porque comer es un ritual social en el que la gente intercambia información.
A la vez, es agradable. Partir el pan con los colegas todos los días es mucho mejor para el espíritu de equipo que la diversión organizada que ocurre una vez cada año. Las personas son seres sociales y comer juntos es algo primordial.
Los especialistas coinciden en una advertencia para cualquiera que se sienta tentado por una prohibición. Es como las organizaciones que le prohíben acceder al correo electrónico fuera del horario laboral. Las intenciones son buenas, pero cuidar a las personas nunca da el resultado que se desea. Si las personas se sientan a almorzar juntas, tienden a colaborar mejor, a menos que se las obligues, en cuyo caso todo ese beneficio tiende a desaparecer. Es adecuado dejar que la gente haga lo que quiera.
