Los telegramas que comenzaron a llegar desde el martes 8/01, son parte de un ataque más general de un plan de reducción de personal, en el que apuntan a precarizar aún más las condiciones laborales, a liquidar los convenios colectivo de trabajo y a la organización sindical que debemos defender.
Los trabajadores de Pilkington, tienen en su haber la heroica lucha desarrollada en el año 2009 de la que salió victoriosa y es por eso que la patronal pretende, en una primera tanda, imponer cesantías que afectan a reconocidos luchadores obreros que han jugado un papel en aquella lucha, en la que superaron las dificultades actuando con independencia política y confiando únicamente en sus propias fuerzas. Por ello, está planteado utilizar los métodos de la clase obrera como viene ocurriendo en Interpack, que al igual que el Inti, ante los despidos fueron al paro, se movilizaron y terminaron ocupando la planta.
Es indudable que la patronal no vive ninguna crisis: el grupo cuya acciones pertenecen en su mayoría a Toyota y otras automotrices líderes en el mercado, tiene la representación monopólica de la industria automotriz. La merma en la producción, se debe en parte al fracaso del Mercosur y a una posible reestructuración internacional, ya que Brasil en donde la multinacional tiene tres plantas negocia el libre mercado con EEUU, de la que pretenden que sus trabajadores sean sus víctimas.
No debemos resignarnos a la pasividad y complicidad de las direcciones sindicales, por lo que debemos exigir un congreso de bases que vote un paro para impulsar la lucha por el salario, frenar los tarifazos y los despidos.
Además, la lucha en Pilkington, debe contemplar una serie de medidas que impida este atropello patronal. El acto de este lunes 14/01, a las 5 hs que convoca a organizaciones políticas y sindicales, debe ser el primer paso en la estructuración de una coordinacióncontra los despidos en toda la zona norte que ponga de pie a todo el sindicalismo clasista y combativo, por el reclamo de la huelga general.
