Norte en Línea - COMIDA ON THE GO & FOODTRUCKS: Un boom en aumento
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COMIDA ON THE GO & FOODTRUCKS: Un boom en aumento

La explosión de este tipo de servicio se debe a varios motivos pero, principalmente, a las exigencias del consumidor actual. Estamos inmersos en una era donde el consumismo, la hiperconectividad y el espíritu nómade son una tendencia que crece día a día. Y estas preferencias también se reflejan en nuestros hábitos de consumo, sobre todo entre un público joven, de estudiantes y profesionales, que va de los 20 a los 45 años.

Es un público globalizado, cuyo ritmo de vida acelerado demanda un tipo de consumo que le brinde, básicamente, comodidad. Un nicho cuyo perfil de consumidor podríamos definir como urbano, dinámico y de gran movilidad, que busca propuestas gastronómicas para consumir a cualquier hora y en cualquier lugar. Y esta fórmula de consumo sobre la marcha, para aquí y ahora, flexible y conveniente, también se suma a los nuevos hábitos de alimentación sana y de alta calidad Es decir, es una comida de rápido acceso y fácil de trasportar, pero adecuada a las exigencias actuales de una alimentación responsable.


Junto con la moda de la comida on the go, también aparece otra tendencia: la de la comida a conciencia (consumir menos carne, productos orgánicos, evitar el pack plástico. Son dos corrientes que van de la mano y se combinan perfectamente porque son tendencias que se acoplan a la perfección. A la alimentación consciente, ahora se le adiciona este nuevo concepto de comida on the go. Es simple, si ya has modificado tus viejas costumbres alimentarias por otras más saludables y responsables, es lógico que quieras mantener tus nuevos hábitos en todo momento y lugar. Y si a esto le sumamos un consumidor que aprecia la comodidad y lleva un estilo de vida en constante movimiento, la combinación se da de forma natural. Por eso son cada vez más frecuentes este tipo de propuestas, que ofrecen productos elaborados con materias primas de origen orgánico de excelente calidad, con empaques innovadores, pero amigables con el medioambiente, y que permiten su consumo sobre la marcha. Claro que, dentro del segmento, también podemos hallar productos ricos en grasas, azúcar, sal y calorías vacías. Como consejo, en este caso y en el de las demás tendencias o consumos de moda, siempre es necesario prestar mucha atención a lo que consumimos.

Desafíos tecnológicos, de gestión y de marketing

Esta modalidad creciente plantea varios desafíos. Pero no hay que perder de vista que las comidas on the go significan una muy interesante oportunidad de producción y distribución para aquellos que sepan aprovechar esta tendencia. Del lado de los desafíos tecnológicos, están las nuevas formas de empaque, que deben ser pequeños, prácticos y ecológicos. Y eso implica un gran trabajo de desarrollo de packaging. También importa la forma en que se transportarán y comercializarán estos productos, ya sea mediante un food truck, una tienda de alimentos o una máquina expendedora. Y aquí incluimos a los nuevos desafíos para el sector vinculado con el desarrollo de puntos de venta, la logística y la distribución. A la vez, cambian muchos procesos de gestión de alimentos, elaboración y almacenamiento, en virtud de las características propias de su consumo. Es decir, un alimento rápido, producido de forma responsable y tamaño reducido. En síntesis, un producto novedoso que representa, también, un desafío para el área de marketing, que deberá encargarse de tentar y fidelizar a los nuevos consumidores con originales propuestas alimenticias, tan apetecibles como saludables, pero igual de rentables que las que consumimos actualmente.

Los costos no deberían ser un problema, En general, los precios al público no son más altos. Basta pensar que la comida on the go, en general, se basa en porciones pequeñas, para comer sobre la marcha, lo cual elimina un gran número de costos asociados, como locales al público, menaje, personal de servicio y despacho, espacio de almacenamiento, etcétera. Por eso, este nuevo formato de consumo se comercializa mediante una variada oferta de pequeñas tiendas autoservicio, food trucks y máquinas expendedoras, por ejemplo. Y esta reducción de costos facilita que los precios se mantengan en márgenes razonables para el consumidor. En el caso de comidas ya preparadas que solo es necesario montar o combinar, como una ensalada, los consumidores actuales saben perfectamente que la comodidad tiene un precio más alto. Y esto lo demuestran los estudios de mercado, que aseguran que los consumidores aceptan este costo extra si el producto les permite, por ejemplo, ahorrar tiempo de preparación. Es simple, si el producto justifica el gasto, el usuario lo asume. Ya que le brinda una mayor libertad de movimiento, de consumo y de tiempo, al no tener que realizar compras de diversos alimentos, elaborar preparaciones, lavar utensilios, o preocuparse por mermas de materia prima o desechos. Es así, la comodidad se paga, y el usuario de este tipo de consumo, lo sabe, lo elige y lo acepta.


Cuando hablamos del tamaño de la porción, en el caso de la comida on the go, es lógico que hablemos de porciones pequeñas, fáciles de manejar y consumir. Fuera de esta cuestión práctica, el auge de los snacks, la mayor conciencia de la población sobre el consumo saludable y el control del tamaño de las porciones a consumir, son una realidad que marca tendencia y repercute directamente en el tamaño de la comida on the go. Ya sea por cuidar la salud, por disminuir el desperdicio de packaging, o simplemente por razones netamente comerciales –para alcanzar una mayor cantidad de ventas–, todas las razones son válidas, de acuerdo a cada propuesta. Sin embargo, creo que el criterio principal, al menos en la comida on the go, se relaciona directamente a la comodidad del consumidor y a la calidad por sobre la cantidad. Las porciones deben ser únicas, fáciles de manipular y transportar. Y, además, la reducción de los envases a porciones individuales para consumir sobre la marcha ha demostrado tener una enorme importancia para la salud colectiva, pues permite a los consumidores medir y regular aquello que consumen con mayor precisión.

¿Una tendencia saludable?

Si lo remitimos sólo a lo que consumimos durante nuestra jornada laboral, la realidad es que comer sobre la marcha no parece, a primera vista, un estilo de vida muy saludable. Pero, cuidado, aquí nos estamos refiriendo exclusivamente al acto de comer, más allá de la calidad del producto consumido. Imaginemos la siguiente situación: es pleno mediodía, salimos apurados a una reunión de trabajo fuera de la oficina y no tenemos tiempo de entrar a un restaurant a almorzar. Entonces, buscamos algo de paso y terminamos comiendo de pie o andando, tensos y en sólo cinco minutos, mientras respondemos una llamada por el celular. Nadie puede pensar que esta forma de consumo es una alternativa sana, por supuesto. No masticamos apropiadamente, producimos trastornos digestivos, nos estresamos, etcétera. Diferente es el caso cuando nos alimentamos con comida on the go en plazas o dentro de la oficina, donde la calidad de nuestra alimentación cambia, ya que podemos dedicarle mayor tiempo y disfrutar mejor lo que estamos haciendo: nutrirnos. De igual modo, el consumo on the go recreativo, ya sea en eventos, recitales o exposiciones, si bien tampoco es demasiado cómodo, supone un ambiente de relajación y entretenimiento que resulta más favorable para el consumo. En cuanto al impacto social específico de esta nueva tendencia alimentaria, pueden ocurrir dos cosas: si comemos solos y apurados, este comportamiento puede conducirnos al aislamiento, ya que aborda una forma solitaria de consumo. Y si lo hacemos acompañados, pero también de manera apresurada, lo hacemos en modo multifunción, pues estamos sometidos a una gran cantidad de estímulos, como la charla, los mensajes del teléfono, lo que sucede a nuestro alrededor y, además de todo eso, al propio acto de comer, lo que hace que no prestemos atención a lo que consumimos, generando muchas veces excesos en la ingesta. Definitivamente, la mejor forma de comer alimentos on the go se reduce a tres simples pasos: primero, buscar un producto de alta calidad, elaborado de forma saludable; segundo, sentarnos en algún sitio que nos haga sentir cómodos y relajados; y tercero, comer sin distracciones, disfrutando cada bocado de manera consciente. No hace falta disponer de muchísimo tiempo, pero si es fundamental dedicarle toda nuestra atención a aquello que consumimos.


Por Alejandro Raizman, Socio de Gama Gourmet, www.gamagourmet.com.ar