Hay cicatrices marcadas en la esquina,
rosas que agonizan en la arena.
Letras escritas con la pluma de algún reo
y una obra de arte
del color de los versos
que se marchitan sin esperanza.
Zurzo la atarraya gris para atraparte en mis sueños
pero yace la ternura
en la cabaña sin tiempo
y mastico tus recuerdos
entre cascadas de miel y ajenjo
lejos de los cañaverales que fueron nuestros…
La revancha de la lluvia es una ola abierta
en el mar de mis pensamientos.
Aúlla el corazón desgarrado de una estrella
mientras serpentea la noche en llamarada
que no entiendo,
dulce crónica que diluye el amor
en la palabra del destierro.
Vuela el ala de un beso
sobre la alameda
de cualquier verano olvidado,
donde da lo mismo agosto o enero,
donde ya no se besa el pecho del mar
sobre la cubierta de la primavera…