Más de 250 personas privadas de libertad alojadas en 14 cárceles del Servicio Penitenciario Bonaerense iniciaron la segunda de una serie de encuentros donde la vida de la adolescente Ana Frank sirve de disparador para reflexionar sobre los derechos humanos, la libertad, la discriminación, el racismo, la xenofobia, la violencia de género y la tolerancia, entre otros valores.