Recientemente restaurado, pero prácticamente igual a como lucía cuando era habitado por la familia Piccaluga, este tradicional palacio de Buenos Aires ahora abre sus puertas a quienes quieran conocer su belleza. Ya sea con visitas diurnas o nocturnas, los amantes de la historia, la arquitectura y lo señorial pueden darse cita en las visitas guiadas diurnas y nocturnas que se realizan en grupos reducidos, con una duración aproximada de entre dos y tres horas.