El cuerpo de docentes y niños de la institución transcurrieron exactamente once años sumergidos en la desidia y con importantes problemas edilicios que afectaron el normal desarrollo de las clases. El 4 de abril de 2006, el Jardín de Infantes se mudó al edificio donde estaba ubicado el Jardín de Infantes N° 902 a causa del notorio deterioro de los techos e instalaciones eléctricas del “edificio histórico” al cual nunca pudieron volver. Dos años más tarde, el municipio donó un terreno para la construcción del edificio propio realizando la entrega formal del acta de inicio de construcción de obra en 2012. El mismo comienza a ser construido en junio de ese mismo año, mientras que en tan sólo dos meses más tarde, los trabajos –sorpresivamente- cesaron.

Durante todo ese periodo en el edificio prestado el cuerpo de docentes ha padecido muchas necesidades edilicias: techos llovidos, humedad en las paredes, ausencia de agua caliente, falta de internet, línea telefónica y cable de televisión. Los pisos en muy mal estado, baños viejos y tapados; y escasa capacidad para albergar alumnos en cuatro salas. Agregándose a la paupérrima situación la cocina reducida que fue dividida para que el personal directivo y las preceptoras realicen su trabajo.

Si bien las docentes intentaron mantener la ilusión intacta, la esperanza de tener un edificio nuevo que cumpla con lo necesario para desarrollar las clases con total normalidad, las mismas siguieron de pie en busca de conseguir subsidios para refaccionar el techo y las desmejoras ya mencionadas.

En junio de 2016, la intendente Fernanda Antonijevic anuncia la reanudación de la construcción del edificio del Jardín de Infantes. Desde aquel momento los trabajos de la obra de construcción han sido continuos hasta abril de este año donde la Secretaría de Infraestructura de la Dirección General de Cultura y Educación de la Provincia de Buenos Aires hace entrega del nuevo edificio al Consejo Escolar de Baradero. Lo que parecía lejano, finalmente llegó.

Mañana, martes 1ro de agosto, después del receso vacacional, las docentes y los niños podrán iniciar las clases en las nuevas instalaciones que cuenta con tres salas con baños, las cuales atenderán las necesidades básicas de niños de 3, 4 y 5 años en ambos turnos (mañana y tarde). Cuenta con un SUM (salón de usos múltiples), dirección, preceptoría, portería, cocina y baño; sin dejar de lado el patio trasero y el lateral.

Los 143 alumnos y los docentes, que han sido durante varios años testigos de las adversidades edilicias serán quienes abrirán por primera vez las puertas del flamante y tan anhelado Jardín de Infantes N° 905.

Cabe destacar que la inauguración oficial del establecimiento educativo se realizará en septiembre.