La política, como la vida, es circular. Luego de un largo ciclo populista que tanto daño nos ha hecho bajo la noción de que se debe administrar pobreza, antes que crear riqueza, está volviendo a la Argentina las premisas que hicieron grande al país a fines del siglo 19. Timidamente asoma en la sociedad la conciencia de que el trabajo, la industria y la innovación, antes que color político son la verdadera identidad que nos forma como república y nos acerca a atisbar la Argentina moderna y próspera.