El disenso es inherente a toda sociedad democrática y el derecho a manifestarse y peticionar a las autoridades debe ser tutelado. Pero esto en modo alguno debe confundirse con las tristes escenas de vandalismo observadas, que causaron lesiones a personas e importantes daños materiales –sobre el espacio público y sobre la propiedad privada–.
Asimismo, no debe olvidarse que el Parlamento es el ámbito natural para el debate de ideas, en el que los representantes del pueblo pueden expresar sus argumentos y decidir con su voto. “El pueblo no delibera ni gobierna, sino por medio de sus representantes y autoridades creadas por esta Constitución”, establece el artículo 22 de nuestra carta magna.
La CAC lamenta también el accionar de algunos diputados que, lejos del comportamiento ejemplar que deberían mostrar en tanto representantes del pueblo, han tenido un proceder impropio y violento, incluso dentro del Palacio Legislativo.
La Entidad entiende que, bajo la fachada del rechazo a la reforma previsional, todos estos actos tienen como fin último erosionar la gobernabilidad de las autoridades democráticamente electas y poner en riesgo las instituciones de la República.
Por todo lo anterior, la CAC expresa su más enérgico rechazo a los sucesos antes mencionados y aboga por que las naturales diferencias sean dirimidas en un clima de respeto y paz, conforme a lo que establece nuestro sistema representativo y republicano de gobierno.