Esos ajustes exigen un acuerdo patriótico de todos los sectores político-sociales y económicos, que de verdad antepongan el país a cualquier otro interés, algo que suele proclamarse, pero no practicarse. También se necesita que los que más tienen den el ejemplo de austeridad. Eso será decisivo para restablecer la confianza, que no es un factor irrelevante, sino fundamental para que los mercados y los ciudadanos no se pongan nerviosos. La población acompaña admirablemente cuando confía".
Asseff dijo que "es notorio que hay desavenencias internas en el gabinete nacional y que falta un timonel en el area económica. El presidente debe deponer su inflexibilidad en este punto y designar a un ministro de Economía que tenga mano y pericia para conducir. Desde la nefasta conferencia de prensa de diciembre en la cual el Banco Central aceptó cambiar al alza la meta de inflación - lo que causó incertidumbre y malas señales -, hubo errores como el de darles 5 mil millones de dólares relativamente baratos a los inversores financieros - los tristemente famosos timberos -que habían decidido irse de las Lebac atraídos por la 'aspiradora Trump' que está recuperando capitales norteamericanos que se habían fugado y concentrando capitales extranjeros por la suba de tasas de la Reserva Federal. Lo peor que se puede hacer es repetir lo que practicaron Martínez de Hoz, Cavallo y otros, esto es intentar combatir la inflación atrasando el tipo de cambio. Eso tiene un final anunciado: estalla".
El dirigente continuo manifestando que "el déficit triple - comercial, de pagos y de la cuenta corriente - no puede seguir un mes más. Hay muchísimas medidas quirúrgicas que despertarían el aplauso de la mayoría del país: desde no crear más Direcciones como la de 'Movilidad en bicicleta' o arreglar veredas, algo que le corresponde a los propietarios frentistas, hasta revisar una por una las 2 millones de pensiones por invalidez y los subsidios, también en detalle. Ningún inválido debe quedar sin la pensión que le pertenece, pero el resto deberá orientarse hacia la actividad que precisamente empezará a crecer más si se producen las correcciones ejemplarizadoras. Por otro lado es inadmisible que la deuda de Cristobal Lopez - 17 mil millones con punitorios - o la del Correo o la de OCA sigan ahí, sin perspectivas de cobro. Todavía no se resarció al país de los innumerables sobreprecios pagados por la obra pública o las compras estatales,Al igual que lo que pasa con la corrupción, cuestión en la que hay una ecuación perversa: son cada vez más las denuncias y casi ninguna condena y ni un centavo recuperado. Y aunque es un país hermano, los argentinos debemos exigir que Cuba nos devuelva lo que nos debe desde 1974 que hoy es una suma enorme. Volver a pedir préstamos al Fondo Monetario llena de frustración a los argentinos, pero esto es el resultado de que el gobierno no hizo para nada bien su tarea en estos casi dos años y medio. También debemos aceptar que la ausencia de buenos ejemplos y de sentimiento patriótico por parte de muchos dirigentes no ayudó ni ayuda. Por otro lado no podemos pedir préstamos para financiar 10 mil millones de dólares por año en turismo externo. Hay que llamar a las cosas por su nombre: no puede haber pasajes aéreos en cuotas para viajar al exterior. Lamento que puedan molestarse algunos ciudadanos, pero los sacrificios llegan y deben ser para todos. Eso sí, este problema necesita mirarlo a contraluz: quienes gobernaron antes - y no solo los 12 años y medio K - no tienen autoridad moral y política para apostrofar o amonestar. Ni siquiera para aconsejar, salvo que haya una sincera contrición que por ahora no existe. Hoy la Argentina tiene que dar una batalla y ganarla: es contra la inflación porque no podremos salir adelante si seguimos siendo uno de los cuatro países del mundo con dos dígitos anuales de depreciación de nuestra moneda. Además, tenemos que ser francos: que país subsidia a quienes todos los días cortan avenidas y calles generando una enrarecida (des) convivencia y decenas de contratiempos, entre ellos disuadir no se sabe cuántas inversiones productivas que se espantan ante nuestro cotidiano desorden? Por último, hay que reiterar que si los argentinos desconfían y fugan sus dineros, que autoridad tenemos para pedirles a los foráneos que traigan sus capitales ? En fin, nosotros rechazamos al ' Club del helicóptero'. a la cofradía de los demagogos y al 'equipo' de inexpertos en el manejo de las políticas publicas", concluyó Asseff.