Norte en Línea - Diego Torres: “Con un poquito, si es bueno, somos felices. Sirve para todo. Ese es el concepto”
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Diego Torres: “Con un poquito, si es bueno, somos felices. Sirve para todo. Ese es el concepto”

Diego Torres mostró su pasión por la música desde pequeño, algo que lleva en su ADN. Actor, compositor, cantante: un artista polifacético, que desde los 90 se destaca en los escenarios y las pantallas de toda América latina.

Como es su vida entre aviones:
“Como gitanos, vamos y venimos entre Buenos Aires y Miami que son los dos lugares centro de operaciones. Mi país es mi lugar, mi tierra. Miami me da la posibilidad de ir rápido a México, Puerto Rico, Colombia, ir y volver, estar muy metido en lo que pasa en la música latina a la que pertenezco y estar conectado. Me encantaría vivir en Bariloche, San Martín de los Andes, me encanta la montaña. Siempre me cuesta dejar mi casa, irme, y sobre todo cuando tenés hijos te pasa eso. Pero entiendo que la música viaja. Fue charla de terapia, la música viaja y hay que acompañar a las canciones.”


De grabaciones y recitales:
“La música hoy es el contenido más importante en toda esta red tecnológica nueva. Va bajando el físico de lo que la gente compra, pero hay un mundo digital enorme, la posibilidad de conectarse con la gente de manera inmediata en las redes, de conocer gente nueva que tiene talento y que postea algo. El vivo sigue siendo el vivo y lo que la gente tiene ganas de disfrutar. Pero también hay que saber usar las plataformas nuevas. Mostrar una canción. Hace poco agarre la canción nueva, me junté con un grupo coral, un par de músicos míos e hicimos una versión nueva. Como hace Jimmy Fallon que, con su grupo e invitados, hace la canción con la nada misma. Hoy la tecnología permite grabar en distintos lugares, antes teníamos que viajar con las cintas de dos pulgadas, hablar con el de seguridad en el aeropuerto… Con Julio Iglesias grabé por separado para su disco homenaje.”


Sobre este momento de la carrera:
“Es un momento de reinventarse, Siempre uno tiene que tener un espacio para reinventarse. Me gustan los desafíos. Si bien uno tiene un sonido y una manera de hacer música, me gusta meterme en el estudio y ser minucioso para trabajar, puedo estar horas para buscar un sonido, un bombo, algo que me gusta, escuchar una canción y buscar que sea mejor. Hay todo un proceso que tiene que ver con el trabajo de hacer música nueva, de mostrarla a la gente y ese es un proceso de reinvención de uno. Y en esas estoy. Creo que las orejas están para escuchar, es muy delgada la línea de tomar decisiones y es muy importante lo que la gente puede aportar al lado, escuchar. Gracias a Dios con el tiempo he hecho mucho el ejercicio, porque uno escribe y se enamora de lo que escribe, y a veces está bueno desprenderse. A veces hay que cambiar algo y está bueno seguir tallando. Hago letra, música y me gusta mucho juntarme a componer, sesiones de composición donde nos juntamos tres, cuatro, y escribimos, y cada uno va aportando sus ideas. Los americanos lo vienen haciendo hace mucho, sobre todo con cierta música. Se va armando un tejido de creación alrededor de una canción.”


Su relación con Carlos Santana y Rubén Blades:
“Me gusta mucho la fusión y Santana es un referente de los ritmos latinos mezclados con el rock. Yo me mataba con sus discos en mi juventud y después tener la suerte de trabajar con él fue increíble. Me llamó porque estaba haciendo un disco de duetos, me tomé un avión y me fui cerca de Las Vegas a trabajar con él. Conocí a su familia, una persona increíble. En un momento me vi sentado con el como si fuéramos dos amiguitos, el tocándome la guitarra, esa guitarra que yo crecí escuchando en Magic Woman. La canción pegó tanto que después me pidieron que hiciera la versión en inglés y el video. Me fui a grabar el video a Las Vegas y compartimos el motor home. Carlos Santana es un referente, me ponía música y me empezó a contar las aventuras en Woodstock con Jimmy Hendrix. Y yo estaba ahí pensando guau, la vida me dio la oportunidad de escuchar a la fuente. Me pasó con Distéfano, Santana, Rubén Blades. Crecí escuchando la música de Rubén también, crecí escuchando música muy diversa, latina, argentina, española, de Italia. Escucho tango, jazz, de todo, de acuerdo con lo que me pide el organismo. Me encanta escuchar música diversa, y en un homenaje que le hicieron en los Grammy a Serrat, fuimos un par de días antes de la ceremonia al evento, éramos un montón de artistas cantando música de Serrat. Ahí se me sienta Rubén Blades al lado y estuvimos juntos durante toda esa ceremonia y cuando se va, me saca una tarjeta y me dice que cuando lo necesite lo llame. Y me fui con la tarjeta como si la chica que me gustaba me daba el teléfono para invitarla a salir. Estuve un mes, no me animaba, ya tenía la canción y Hoy es domingo era la canción para cantarla con Rubén. Le escribí, se la mandé, entré a bañarme y ya tenía la respuesta: <me encanta la canción, ¿cómo seguimos?>.”


El fenómeno de los duetos:
“Julieta Venegas, Blades, Ivete Sangalo, Vicentico, Ketama… Está bueno que los artistas nos juntemos, la gente lo disfruta, lo agradece. A mí me gusta mucho cuando aparece una canción que digo que es para cantar y buscar ese desafío. Es mágico, la canción aparece, te empieza a conectar, pensás en ese artista, le mandás la canción. A mí todo ese proceso me encanta. En el caso de Rubén fue así, yo no lo podía creer. El grabó en Panamá, cuando llegó la sesión de Rubén y puse y empezó a sonar Hoy es Domingo con la voz de Rubén, te juro por Dios, era una emoción enorme. Rubén, como Juan Luis (Guerra), a mí me generan algo muy especial, que yo genero también. Es una canción que además de que te gusta, te cambia el ánimo. He tenido la suerte de poder juntarme con artistas que a mí me provocaban eso, como Rubén y Juan Luis Guerra.”


Sobre la canción Un Poquito:
“Se generó una linda energía con esa canción. Cuando estás haciendo una canción y encontrás un coro que te gusta, hay algo que pasa. Como cuando estás entrenando para patear un tiro libre y no te sale nunca. La canción tiene diez días, pero cuando de verdad sentís que encontraste el coro, cuando todo es natural y es orgánico, y cuando encontrás el concepto también. Porque Un Poquito es el concepto, el disparador, es hablar de que en esta vida no necesitamos mucho. Con un poquito, si es bueno, somos felices. Sirve para todo. Empieza siendo un reggae, con esa acentuación. Le buscamos poner un acordeón, pero no con el sentido folclórico como lo hace en Colombia, Carlos (Vives) es más francesito. Carlos me grabó percusiones, tablas, y después entra el ritmo electrónico que va acompañando la base y cómo suena esa base. Y mezclar la percusión, con la electrónica, con una guitarra que va tejiendo la canción, los coros: siempre pensando que administrar los recursos, menos es más.”


El estímulo que produce Un Poquito en la gente:
“Una canción te puede gustar, pero no son muchas las que te provocan un cambio en el estado de ánimo que si te despertaste bajón o nublado, te entra un rayito de sol. Por eso es la responsabilidad que para mí tenemos los que hacemos música. No es lanzar una canción, por más que sea una cancioncita simple. Estaba pendiente hacer algo con Carlos Vives, nos conocemos hace muchos años, conozco su familia, voy mucho a Bogotá al restaurant que tiene la madre que se llama Gaira, de música y comida costeña. Siempre estaba pendiente hacer algo juntos y apareció la canción. Apareció Un Poquito y dije: <esta es la canción para hacer con Carlos>. Y la escuchó y le encantó y empezaron los mensajes. Laburamos con mensajes, tomando aviones, haciendo cosas, en salas de espera. En el estudio, en la música, uno está así todo el tiempo: ves gente enferma trabajando… No estamos bien. El video era cumplir un sueño: hacer un video en comedia. Porque los videos son épicos, uno tiene que hacerse el lindo, sacar su mejor perfil. Y la canción es tan fresca que apareció el disparador: por qué no hacer un casting, y queremos coquetear a ver quién conquista primero a la directora del casting, que es Natalie Perez, que es actriz, canta y que nos permitió jugar estas escenas. La canción es muy sincera, es un momento muy particular porque hoy la mujer está ganando un montón de terreno, la igualdad, en contra de la violencia de género, uno apoyando mucho como hombre esas causas. Y hay muchas músicas, muchas canciones, que ponen a la mujer en un lugar muy vulgar, muy berreta. Y yo no creo que para ser sensual o querer bailar, tengas que caer ahí: cada uno escribe, es la libertad. El coqueteo es lo más lindo de la conquista, el ser galante, ver como va reaccionando la mujer: todo ese juego lindo es elegante, fino, es sensual, es respetuoso. Y Carlos, que en ese sentido es como yo, le encantó esa idea y eso es lo que queríamos mostrar en el video. Y no nos va muy bien en el video, se fue con otro, se cansó. 11 millones de visitas tiene, es una cosa increíble.”


Éxitos, canciones que han marcado generaciones, que han cambiado ambientes:
“Con que sea otro éxito que sumamos a la ruta. Creo que uno es todas esas cantidades de canciones, ojalá sea la más exitosa. Me identifica Un Poquito, es mi más pura esencia. Por eso fui a Sony Music y les dije si te interesa saber lo que pienso, esta es la canción. Forma parte de un disco que va a salir el año que viene. Y me parece que esta es la canción, ojalá la gente me siga acompañando como vos, siga cautivando y enamorando. Yo estoy recibiendo cosas lindísimas de la canción como las que vos me decís, de públicos muy diversos. La gente nos manda videos de Instagram haciéndola a su manera: hoy tenés una respuesta inmediata, gente que agarra una canción y la canta a su manera, que la baila, que ni la canta ni la baila, pero algo hace, en diez días.”


Su encuentro con Phil Collins:
“Fue una experiencia muy particular, tiene una fundación que ayuda mucho a chicos en la música y en el deporte que están en situaciones difíciles. Los beca, les da contención, proyección y formación en ambos lugares. Y hace un evento muy grande, una vez por año, y un día me llaman y me dicen que quiere invitarme y me va a llamar. <No me hagan esta broma, soy un hombre muy sensible que me creo todo>. Y me llamó. Ese tono de voz, ese color. Y un día estaba hablando por teléfono con Phil Collins, divino, un señor muy educado, muy amable. Me fui, ensayamos en Miami, en una sala. Llegué a la sala, estaba ahí, no podía dejar de mirarlo, de abrazarlo. Empezamos como a hacer relación. Uno no se cree nada, simplemente uno más. Sobre todo, lo genial es cuando te encontrás con gente que considerás importante y te das cuenta que son muy simples, que ese es el camino. No me gusta la gente complicada, engreída, prepotente, inalcanzable. Y gracias a Dios la vida me ha regalado con gente que para mí es especial e importante y con una tranquilidad y una humildad. Collins hace el evento en un teatro muy lindo en la ciudad de Miami y cantamos todos juntos la canción de Dylan. Yo había cantado, también otros artistas, terminamos todos juntos cantando con él. Y además él terminó cantando nueve o diez canciones.”


Sus elecciones musicales:
“Mucha música que tiene que ver con los años 80 y 90 de Argentina, Charly García, Sumo, Los Abuelos de la Nada, Cerati, Soda, Virus, GIT; toda esa música que viví de chico y está grandiosa para mí. Bob Marley, Reggae, la música jamaiquina. The Police, Sting como solista, Stevie Wonder, mucha música diversa. Hay un tipo de Italia que se llama Pino Daniele, es una locura. Cuando era chico y escuchaba Police me llamaba la atención que escuchando el inicio ya sabías qué canción era. Es la simpleza: te acordás la línea del bajo. Sting está mejor que nunca: es Benjamin Button, va para atrás. Y ahora está haciendo cosas con Shaggy en Jamaica. El es el ejemplo de un artista muy amplio, muy diverso, en su primera época es muy jazzero, después se fue a buscar otra música con otros colores. Es un ejemplo de un camino en la música que es muy atractivo. Me gustaba Genesis, Peter Gabriel, Queen es para mí una cosa increíble de la música, los arreglos vocales eran tremendos. Freddy Mercury fue un animal de la música, un monstruo. Era increíble ver esas bandas como cada una tenía un sello, un sonido propio. Los ingleses son muy geniales haciendo música. Coldplay me gusta, me gusta John Mendes, un montón de la música nueva, James Morrison, un chico nuevo que tiene una voz divina y compone música.”


El avance del pop latino en el mundo:
“Crece muchísimo. La música se está unificando, lógicamente que lo urbano, que es esa música que tiene que ver con Centro América, el reggaetón, que tiene que ver con el raggamuffin de Jamaica que se cruza a Panamá. Es una historia bastante interesante como esos ritmos se fueron conectando. La música va avanzando muy rápido, dentro de la música urbana hay cosas muy abiertas. La música cubana, ni hablar de Buena Vista, tiene que ver más con la centroamericana. Urbano llamamos a lo que es reggaetón. Pero para mí se está abriendo mucho y no hay que sectorizar. Hoy está de moda el orgánico y no sabemos ni que quiere decir. Todo empieza en la música clásica, el pop aunque no lo creas nace de la música clásica. Me gusta mucho Mozart, Beethoven, Rajmáninov. La ópera no tanto, me gusta de repente escuchar en un contexto, en películas como El Padrino. He disfrutado mucho los tenores, he tenido la suerte de estar con Plácido Domingo. Son grandes voces.”


Acerca de la influencia de su madre, Lolita Torres:
“Además de que fue la que me dio la vida, la que me educó y que fue la mujer fundamental, hoy aunque no está sigue siendo un referente, porque pienso mucho en qué pensaría, que diría. Está, creo que sí, soy de los que piensa que, si uno los tiene presentes, de alguna manera están ahí vivos. Color Esperanza es de 2001, junto con la crisis que estaba en nuestro país. Mamá murió el 14 de septiembre de 2002, ella pudo ver que estaba pasando en el país y con ese disco, con esas canciones. Y ahí es debido a que la canción viaja y empieza a tener un impacto social muy grande, la gente la hizo como una canción bandera en situaciones muy difíciles en Argentina y que después se trasladaron a los conflictos de Colombia, de España, de Venezuela, de México. Y ahí es que me invitan a este encuentro por la paz de jóvenes, en España con Juan Pablo II, y fui a cantar justo el primer cumpleaños de mamá que no estaba, había fallecido hacía unos meses. Me lo llevé a mi papá, fue un viaje muy emotivo. Papá, Caccia, es el segundo matrimonio de mamá. Mamá quedó viuda muy jovencita, con Santiago mi hermano mayor. Iban juntos en el auto, camino al Festival de Cine de Mar del Plata, fue un golpe muy duro. Mamá pudo salir adelante y a los años se casó con papá, tuvo cuatro hijos más. Ella tenía muchas ganas de tener una familia grande, ella había sido única hija, mi abuela se había muerto cuando mamá tenía 14 años. Mi abuelo, telegrafista, era un hombre alto, corpulento, serio, muy observador. Los Torres lo tenemos, yo lo disfrazo, pero todo el tiempo estoy como observando; y una persona muy íntegra, muy derecha. No fue fácil para mi abuelo que mi mamá le dijera que quería ser artista. A los 11 o 12 años hizo la primera película con Sandrini, parecía de 16. Eran otros tiempos, tuve la suerte de tener una persona que fue una gran artista, sino una persona muy especial, mamá fue un alma muy evolucionada con una vida muy intensa para bien y para mal, pero un espíritu de lucha, de guerrera. Y creo que eso es lo que nos trasladó a nosotros y por eso naturalmente se desprende en mis canciones, como Tratar de Estar Mejor. Para los 50 años festejó con amigos en el Luna Park con Mercedes Sosa, Gieco… Por eso para mí volver al Luna Park, donde tuve conciertos inolvidables, donde iba de chico a ver box con mi viejo, es un lugar emblemático.”


Cuando cantó frente al Papa y la presencia de su mamá:
“Había un viento fuerte, de esos que pensás que se va a pudrir todo. Llovió un poquito antes del show y empezó a calmar. Empieza el concierto y yo me siento a tocar el piano, una canción que tenía que ver con ella, y fue como que cerraron la ventana, no pasó nada, pude terminar el concierto. La canción Tal Vez tiene que ver con eso, al poco tiempo que mamá se fue, cómo queda uno con ese vacío tan grande, por más que seas un hombre mayor, que se acentúa cuando se murió mi viejo. Yo sentí la orfandad por más que era un huevón bastante grande y ya tenía mi vida armada, fue como que me sacaron el techo, el piso. Me acuerdo que viajé, tenía conciertos en Puerto Rico, me olvidé todos los documentos en el avión. Son esas cosas que pasan en la vida.”


Sus estudios:
“Estudié música, piano, canto, y cuando puedo sigo tomando clases, tanto de piano como de voz. Nunca es tarde para aprender a tocar un instrumento, lo importante s ponerle constancia y acomodar las manos, tener independencia en los dedos para poder mover un dedo diferente del otro. A lo mejor es imposible que llegues a ser el mejor pianista de jazz, pero que sí puedas acompañar. El otro día veía a Martha Argerich con cuatro pianos de cola, un evento hermoso escucharlos tocar. Crecí escuchando su música, porque también me crié mucho con Ariel Ramírez, que era un gran músico que trabajó mucho con mamá, con Facundo su hijo, que estudió con Martha Argerich, vivió en Austria, tienen formación en música clásica, y es el quien toca el piano en Zamba para Olvidar, que me invitó Mercedes Sosa a cantar con ella. Facundo hace un intermedio con el piano que te das cuenta de su formación. Estudié actuación también, baile, danza contemporánea. Lo loco es que yo iba a ser médico porque mi hermano más grande es médico, tuve una profesora de biología en el secundario que daba unas clases muy atractivas y realmente me gusta mucho la medicina. Crecí entre libros de medicina porque mi hermano estudiaba con sus compañeros en casa. Y después la vida me llevó por otro lado.”


El rasgo motivacional de su música:
“Creo que tiene que ver con ese espíritu, es algo natural. Creo que es lo que mamá nos trasladó de ese espíritu de lucha en las adversidades que todos tenemos en la vida. Y yo digo que uno es como juega al fútbol, y yo juego aguerridamente. Mi virtud es estar ahí y me parece que eso se traslada a mis canciones naturalmente. Si habla de salir adelante pero habla también de una adversidad, no solo de un estado optimista sino de alguien que está atravesando momentos difíciles, como fue Tratar de Estar Mejor que tenía que ver con una historia familiar.”


Acerca de la canción llamada La Grieta:
“A veces las cosas no son ni blancas ni negras, que el gris es tan necesario como el blanco y el negro, seguramente mucho más porque tenemos que encontrar el equilibrio. Estaba haciendo una mirada general por tantas grietas que existen en el mundo, no específicamente por la argentina. Lo que pasa en Oriente, en Venezuela. Apunta a ese lado la canción, de la libertad, y personalmente a no entrar en ese juego de divide y reinarás, Me parece que la independencia nos da la posibilidad de ver las cosas mejor, de tener libertad de pensamiento. Yo veo mucho el juego de qué lado estás, de qué pensás, y a mí me resulta un poco… Tenemos que sentirnos libres, tenemos que ser un espíritu libre y desde ese lugar mejorarnos a nosotros mismos, ser autocríticos. Y humildes.”

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