Norte en Línea - Muchas manos en la huerta hacen muchas mejoras

Muchas manos en la huerta hacen muchas mejoras

Técnicos del INTA San Vicente, en el marco de las actividades del Programa ProHuerta (INTA/MDSN), conjuntamente con la Fundación Huerta Niño trabajaron en conjunto en la reparación de un invernáculo en el Cotolengo Don Orione de Claypole.

“Para el que mira sin ver / la tierra es tierra nomás”, lo escribió y cantó Atahualpa Yupanqui en su “Para el que mira sin ver”. Distinta es la visión de los técnicos del INTA San Vicente, del Programa ProHuerta (INTA/MDSN) y de la Fundación Huerta Niño quienes trabajaron en conjunto para la reparación de un invernáculo en el Cotolengo Don Orione ubicado en Claypole.

 

Participaron de esta acción Josué Siciliano, Esteban Genasetti, Leonardo Davies (Jefe de la agencia INTA San Vicente), y Diana Gervasio de Fundación Huerta Niño.

 

Davies remarcó que “en esta oportunidad destacamos la tarea que se viene realizando en conjunto con la Fundación desde hace tantos años, y que, en este caso, se plasmó en Claypole en el partido de Almirante Brown”.

 

Francisco Pescio, coordinador del Programa ProHuerta AMBA-Delta, detalló que las mejoras se realizaron debido a que en el lugar del invernáculo “había cedido el piso por lo cual se desarmó la estructura y se le agregó una base más sólida”.

 

En Don Orione ya se avanzó en la entrega de bolsas de tierra abonada, humus de lombriz y compost para mejorar la estructura física y química de la tierra de los canteros de las huertas y para usar de sustrato para realizar plantines en el invernáculo.

 

Con estas mejoras, en el invernáculo se continuará con la producción de almácigos de aromáticas y distintas variedades de especies hortícolas, los cuales una parte serán destinados para reposición de los canteros del hogar y otra parte serán distribuidos a la comunidad.

 

Vocación
La Fundación Huerta Niño es una organización sin fines de lucro, con sede en Buenos Aires, que trabaja desde 1999 para aliviar la desnutrición y la malnutrición infantil en la Argentina, mediante la construcción de huertas de una media hectárea en escuelas rurales de zonas desfavorecidas.

 

Pescio agregó que “junto a la Fundación se logró un vínculo muy sólido y de mucho impacto en el territorio. Se logró una sinergia que potencia el territorio ya que ellos fortalecen la labor en huertas escolares o centros comunitarios con voluntarios y herramientas”.

 

“Está integrada por personas con vocación de trabajo reunidas con la intención de participar en los Objetivos de Desarrollo Sostenible: el fin de la pobreza, el hambre y la reducción de las desigualdades”, se lee en el portal oficial de Huerta Niño.

 

Como síntesis, el coordinador del Programa ProHuerta AMBA – Delta expresó que “el mejor resultado de estos emprendimientos conjuntos es que se fortalecen las huertas por eso son socios estratégicos ya que juntos podemos armar excelentes equipos”.

 

El trabajo unido se sintetiza en esa misma canción de Yupanqui: “Un mundo en cada gramilla/ Adioses en el cardal/ Y pensar que para muchos/ La tierra es tierra nomás”.

 


Por: Federico Gaston GUERRA

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