“El que guarda siempre tiene”, reza el popular refrán. Y para esto, si de alimentos se trata, nada mejor que el curso sobre elaboración de conservas que recientemente ofrecieron los especialistas del INTA Avellaneda y del Programa ProHuerta (Ministerio de Desarrollo Social de la nación – INTA). El mismo se realizó con muy buena concurrencia en Centro de Salud y Acción Comunitaria (CESAC) N°10, Constitución, Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Estuvieron al frente de esta propuesta las técnicas Maria Marta Sánchez y Camila Mantiñán.

“Allí explicamos cómo realizar conservas como una forma de aprovechar los frutos de la huerta, hacerlos durables y darles un valor agregado”, dijo Mantiñán.

Esta capacitación ofreció una serie de recomendaciones clave para que la tarea se luzca aún mejor ya que se hizo hincapié en la importancia de utilizar desde un Phimetro para medir acidez para la conservas que llevan vinagre hasta un refractómetro para evaluar los grados brik (nivel de azúcar) para conservas en almíbar o mermeladas.

Entre otros destacados se aclaró que el comienzo de la alteración de un producto depende principalmente de la cantidad de microorganismos presentes y que es necesario desde el comienzo de su elaboración. Para esto hay que poner principal cuidado en la limpieza personal, de equipamiento, utensilios y en todas las etapas; y se debe concluir con la esterilización del producto a envasar.

Ingresos

Participaron de este curso vecinos de la Ciudad Autónoma y de distintos partidos del Gran Buenos Aires: “Fue una sorpresa muy grata que se hayan acercado participantes de todas las edades y con intenciones de conocer y mejorar sus prácticas domésticas”, sumó Camila.

Este tipo de asesoramiento técnico por parte del INTA AMBA es clave para que muchos interesados puedan lograr una comercialización de excedentes de producción en ferias de la economía regional o impulsar emprendimientos productivos. Por esto, además, se hace hincapié a las familias en la importancia del agregado de valor de los frutos cosechados a partir de la elaboración de conservas.

Por esto, coincidieron las especialistas, fue muy grato encontrarnos tanto con docentes que destacaron que compartirán la experiencia en las aulas hasta con vecinos que manifestaron que utilizarán este conocimiento adquirido para avanzar en microemprendimientos familiares como forma de sumar algunos ingresos.

En suma, conservar para tener y, por qué no, sumar ingresos.

Por: Federico Gaston GUERRA