Topper, la empresa de calzado, indumentaria y accesorios ligada al corazón argentino tiene un objetivo indiscutido: la democratización del deporte. Está vez, la marca llegó a la Patagonia, para continuar con su campaña “Volvamos a los Clubes”, la cual busca alejar a los chicos de la calle y que cada vez más gente se acerque a practicar deporte mediante mejoras en instituciones deportivas a lo largo y ancho del país.

Club Canteranos está ubicado en la localidad de Cipolletti, provincia de Río Negro. Allí, se logró llevar a cabo la puesta a punto de las canchas de fútbol y de tenis. Además, se colocaron aros de básquet, redes de voley móviles, arcos de mini fútbol y se equipó un locker con calzado para chicos y chicas, quiénes no tenían con qué jugar. También se aportaron lonas perimetrales, elementos didácticos, pelotas, pecheras y elementos de entrenamiento.

El sueño comenzó hace más de 20 años y hoy es una realidad para toda la comunidad, en ese momento un vecino del lugar conocido como “Pocholo”, quiso fundar un club para sacar de la calle a los chicos de los barrios más vulnerables. Como en ese momento, no tenía predio arrancó a llevarlos a un playón municipal, donde él mismo se ocupaba de irlos a buscar, contenerlos y hasta de darle una merienda.

“Arrancó con ese sueño y alentó a los niños de todos los barrios, pensaba que era importante darle un espacio, los unió e hizo que no importarán las diferencias. Con el ejemplo de él, aprendimos a ser más solidarios, mejores personas, hoy ya no está, pero este lugar sigue creciendo con la ayuda de Topper”, cuentan desde el club cipoleño.

“Volvamos a los Clubes” es una campaña federal que seguirá adelante durante los próximos meses, y en el que ya fueron parte el Sporting B.B. Club de Alta Gracia, Córdoba; Club Vecinal y Deportivo Defensores de Cervantes en el barrio de Monte Castro, Buenos Aires; Club Sportivo Servando Bayo de Rosario, Santa Fe; el Club Atlético Sporting de La Plata y el Club Sportivo Palermo de San Salvador de Jujuy, Jujuy y Santa Ana Rugby Club de Tucumán.

Porque para Topper, y para cada argentino y argentina, el corazón manda.