Se calcula que al final de esta década la cifra de personas de 60 años o más habrá aumentado en un 34%, de 1000 millones en 2019 a 1400 millones en 2030. En 2050, la población mundial de personas mayores duplicará la actual, alcanzando los 2100 millones. Desde 2020, por primera vez, hay más gente de más de 60 años que niños menores de 5. Y se estima que, para 2050, habrá más que adolescentes.

En este contexto, adquiere aún mayor relevancia la conmemoración, este 1ero de octubre, del Día Internacional de las personas mayores, fecha que se estableció, en 1990, para favorecer la toma de conciencia sobre la prolongación de la vida, la necesidad de trabajar para lograr sociedades inclusivas, integradoras y más justas y con el objeto de reflexionar sobre la importancia de desarrollar políticas orientadas a mejorar la calidad de vida de la población de adultos mayores.

Este año, la conmemoración está centrada, de acuerdo a las Naciones Unidas, en cumplir las promesas de la Declaración Universal de Derechos Humanos para las personas mayores “entre todas las generaciones". En ese sentido, el organismo internacional recalca que dicho trabajo permite empoderar tanto a los jóvenes como a las personas mayores, de manera de ejercer influencia política para el cumplimiento de las promesas de la Declaración para todas las personas de todas las generaciones.

En esa línea, Ledor Vador, institución de referencia en el campo gerontológico a nivel regional, está impulsando una serie de acciones para fomentar el conocimiento de los derechos de las personas mayores, así como visibilizar este tema y concientizar acerca de la importancia del compromiso y la actitud de cada sector de la sociedad en pos de garantizar un envejecimiento saludable y libre de prejuicios.

Por ello, LeDor VaDor invita a sumarse a una “Campaña por los Derechos” convocando a los distintos actores de la comunidad a unirse para promover una mirada empática y generar red en torno al envejecimiento saludable. Desde que nacemos estamos envejeciendo, por eso apelan a utilizar el hashtag #SolidaridadEntreGeneraciones como puntapié para derribar prejuicios y cambiar las cosas.

Más derechos, menos prejuicios
La Convención Interamericana de Protección de los Derechos Humanos de los Adultos Mayores, ratificada en nuestro país por le Ley 27360, de 2017, detenta rango constitucional y, por tanto, insta al Estado a adoptar la perspectiva de considerar a los adultos mayores como sujetos de derecho.

En ese sentido, se deben tener como derechos a respetar: la Igualdad y no discriminación por razones de edad, Derecho a la vida y a la dignidad en la vejez, Derecho a la independencia y a la autonomía (se reconoce el derecho de la persona mayor a tomar decisiones, a desarrollar una vida autónoma e independiente, a elegir su lugar de residencia y dónde y con quién vivir), Derecho a la participación e integración comunitaria, Derecho a la seguridad y a una vida sin ningún tipo de violencia, Derecho a no ser sometido a tortura ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes y Derecho a la accesibilidad y a la movilidad personal.

Para cumplir con esos derechos, es necesario romper –o ir torciendo, de a poco- ciertos prejuicios o mitos asociados a las personas mayores. Uno de esos prejuicios indica que la vejez es una enfermedad que trae fragilidad y decrepitud, así como olvidos, mal olor y la imposibilidad de hacer cosas por sí mismos.

Otro de los mitos indica que las personas mayores no tienen deseo sexual, ni posibilidad de cambiar de gustos y lograr intimidad con otras personas. Entre los prejuicios, también existe el que dice que todas las mujeres mayores son excelentes amas de casa y que los abuelos están siempre disponibles para cuidar a sus nietos, ya que no tienen otra cosa más interesante que hacer.

También se suele pensar que son como niños, que no pueden tomar decisiones, cuidarse, que no comprenden o son irresponsables, y se los infantiliza en el trato o el habla. Todos estos prejuicios, muy anclados socialmente, son los que impiden que se puedan desarrollar los derechos mencionados anteriormente.

Envejecimiento saludable
Finalmente, de lo que se trata, concientizando sobre derechos y el apoyo intergeneracional, es de ir en pos del envejecimiento saludable, que parte de la premisa de que ser viejo no es estar enfermo, y que por lo tanto existen múltiples prácticas y hábitos que se pueden adoptar para que esta etapa de la vida –cada vez más extensa y abarcando a cada vez más personas- sea transitada de manera satisfactoria.

De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, para envejecer saludablemente hay que adoptar hábitos saludables en etapas tempranas, mantener a las personas mayores en el seno de la familia y la comunidad, entender las necesidades de las personas mayores y planificar en consecuencia, valorar su experiencia y su aporte a la sociedad, proporcionar salud y calidad de vida accesible. La conclusión, de acuerdo a un video difundido por la OMS, es que la buena salud “le agrega vida a los años”.

En este marco, donde los mayores son cada vez más, representando porcentajes de la población inéditos, resulta esencial recordar y accionar sobre estas fechas que nos llevan a concientizar, fijar agenda, buscar respaldo en la comunidad toda y aportar, desde cada institución o persona, su granito de arena para que se conozcan y respeten los derechos de las personas mayores, que a la larga son o serán también los nuestros.